Ante las últimas noticias con respecto a la prohibición de la corridas de toros en la famosa Plaza México de la CDMX, estamos expectantes sobre lo que le depara a esta “práctica” en los próximos meses y también a lo largo del país, pues aunque si bien sigue siendo completamente legal, este tipo de acciones nos devuelven un poco de fe en la humanidad, ya que la empatía y el respeto a los animales habla mucho de una sociedad y un país consciente de las problemáticas que subyacen y son necesarias para lograr cambios importantes.
Si, como ya sabemos, la tauromaquia es originaria de España y se remonta a la edad de bronce, en donde solo la realeza era digna de demostrar su valentía frente a un toro. Sin embargo al hablar de la continuidad de este tipo de eventos en plena era de transición y cambios sociales importantes, debe, cuando menos, ser cuestionada por el tipo de mensajes que comunica a la sociedad, misma que en su mayoría, ya no está dispuesta a ser participe del show y festejo que conlleve sufrimiento animal.
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¿Qué fue lo que llevó a la suspensión de las actividades en la Plaza México?
El pasado 27 de mayo, un juez suspendió de manera provisional los espectáculos en la Plaza México. Mientras que la prohibición definitiva llegó el pasado viernes 10 de junio y se dictaminó que no habrá más corridas hasta que termine el proceso judicial, algo que puede llevar meses hasta la conclusión del mismo. El argumento sobre el que gira está decisión es el derecho a un medio ambiente sano, recogido en el artículo cuarto de la Constitución Mexicana. Entienden que “Ese derecho queda vulnerado si se maltrata a los animales, seres sintientes, cuya presencia en nuestra sociedad contribuye a una naturaleza saludable.” Así se explica en demandas de la sociedad civil, mientras que el juez les ha dado la razón con esa misma idea. “La sociedad se encuentra interesada en que se respete la integridad física y emocional de todos los animales porque son seres vivos que conforman los ecosistemas y, por consiguiente, contribuyen con servicios ambientales que resultan esenciales para el ser humano”, palabras del juez Jonathan Bass para argumentar la suspensión definitiva del espectáculo en dicho lugar.
Una decisión tan importante para determinar el destino de la tauromaquia en México, recaerá en el dictamen que emita la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que, todavía debate si se puede declarar bien de interés cultural a una fiesta en la que se maltrata hasta la muerte a un ser sintiente como el toro de lidia. Si esos dos conceptos no les resultan concordantes, la fiesta podría tener los días contados, en virtud de la jurisprudencia que emane de la Suprema Corte.
