Alejandra O’Leary ??

Con “Hard Enough”, Alejandra O’Leary sigue construyendo su universo sonoro entre la chispa del pop noventero y una sensibilidad indie refinada. Desde Portland, Maine, su propuesta electro-pop-rock mezcla influencias dispares —de Britney Spears a Elvis Costello— para lograr canciones que suenan tan personales como cinematográficas. Esta pieza vibra con la melancolía ligera de una película romántica independiente, con guitarras crudas, melodías directas y una autenticidad que desarma. Alejandra no teme saltar de lo confesional a lo eléctrico, y en ese vaivén, se encuentra su magia.

 

Michael Wilbur ??

“Simmer Down” es una explosión controlada de energía rítmica y experimentación melódica. Michael Wilbur, miembro de Moon Hooch y Thundersmack, ofrece aquí una fusión visceral entre jazz, electrónica y hip-hop alternativo. El saxofón —su instrumento insignia— es el alma del tema, navegando sobre grooves intensos y atmósferas envolventes. Wilbur convierte el jazz en algo físico, bailable y lleno de actitud, desdibujando los límites entre la pista de baile y la improvisación libre.

 

Gryffy ??

Desde Chicago, Gryffy llega con “BRAINDEAD!”, una bomba sonora que desafía géneros y estructuras. Lo suyo es la anarquía sónica: texturas lo-fi, distorsiones incontrolables, fragmentos melódicos mutantes y una actitud que coquetea con el punk digital. Más que una canción, “BRAINDEAD!” es una declaración de independencia: Gryffy no busca agradar, busca sacudir. Es música en su forma más descompuesta y visceral, un experimento radical que funciona como descarga directa para mentes saturadas.