Es un hecho que la pandemia por Coronavirus ha obligado a la población mundial a estar aislada en su hogar. Alejados de todo y de todos, hay algo que nos ha mantenido cuerdos durante estos meses y es la música. Sin embargo, esta industria ha sido una de las más afectadas en cuanto al formato en vivo con la cancelación de giras y festivales, y ciertamente aun no sabemos cuándo es que esto llegue a su fin.
Con este golpe al entretenimiento, las productoras y los artistas han optado por deleitarnos con presentaciones desde casa, vía streamings. Ya sea que se las bandas se las ingenien para que todos juntos actúen vía FaceTime o Zoom, o revivan conciertos épicos de su trayectoria, pero si bien nos ha hecho a algunos más amena la cuarentena, otro séquito de personas se cuestionan esta modalidad.
Mucho se ha hablado de una “nueva normalidad” después del COVID-19, y en los últimos días los “auto-conciertos” y presentaciones en streaming han sido tema de conversación, lo que nos hace cuestionarnos si esta será la nueva forma de disfrutar la música en vivo.
¿Son los auto-conciertos y los streaming shows la nueva forma de vivir la música?
Al menos, mientras el mundo no vuelva a ser un lugar “seguro” ante cualquier pandemia, sí. Hablemos primero de los livestreams.
¿Los livestreams se quedarán para siempre?
No es la primera vez que nos quedamos frente a la pantalla viendo el show de alguna banda que nos encanta, lo hemos hecho cuando no nos es posible ir a algún festival extranjero e incluso algunos monstruos en los eventos masivos nacionales como el Corona Capital o el Vive Latino, nos han ofrecido esta modalidad. ¿Es lo mismo que estar ahí, en medio de la multitud? No, definitivamente no está ni cerca de la experiencia, sin embargo podemos ser partícipes de su actuación en ese exacto momento.
Bueno, actualmente era lo que teníamos para poder estar “cerca” de un concierto, sin embargo aunque las bandas han actuado, la mayoría de los actos en livestream que hemos podido ver conciertos de archivo (icónicos sí, pero de archivo), con lo que alguien por ahí bromeaba con que “en esta cuarentena estamos viviendo solo del pasado”.
Los DJ’s la han tenido más fácil pues se han puesto creativos ambientando el lugar desde el que transmiten dispuestos a ponernos a bailar, y sinceramente creemos que es a quienes más les funcionan los livestreamings (además de que nos han devuelto la vida y las ganas de bailar de lo más frescos en casa). Igual platicando esto hace unos días, decíamos que si usábamos audífonos y nos encerramos en nuestras habitaciones, nos recordaba a la Silent Party, una modalidad que habían implementado en los festivales ya, y nos invadió la nostalgia de nuevo.
Sí creemos que los livestreams se quedarán pues ya formaban parte de nuestra “normalidad” desde antes de la pandemia, pero sin duda jamás podrían reemplazar la verdadera experiencia de un show en vivo.
¿Realmente los auto-conciertos son viables como nuevo formato de la música en vivo?
Los auto-conciertos, por otro lado, han surgido como alternativa a la necesidad de tener un acercamiento a la música en formato live act y olvidarnos del encierro. La finalidad de esto es poder darnos cita en el recinto en el que se presentarán las bandas pero dentro de nuestros autos para evitar contagios; además de que nació en Alemania, como un rave-car en plena pandemia.
Estos días, la noticia de que el formato llegaría a México para realizarse el primero de estos shows en el Foro Pegaso, sonó bastante fuerte y es que es un hecho ya. Sin embargo, muchos ya son los aterrados (y decepcionados) ante la posibilidad de que esto pase a formar parte de la “nueva normalidad”.
Dentro de la experiencia de ir a un concierto o festival de música, los melómanos no nos dejarán mentir que el brincar, gritar, bailar, cantar, es algo FUNDAMENTAL. La energía que se desborda al ver a nuestras bandas favoritas es tremenda y es uno de los mejores sentimientos en la vida. En este nuevo concepto, los asistentes estarán limitados a estar sentados dentro del auto, y el audio se transmitirá a través de una estación de radio, además de que no se contempla la venta de cerveza o alcohol pero si se tiene previsto que los asistentes (limitados a 800 por evento) puedan llevar sus propias bebidas.
Hablemos de la accesibilidad y movilidad dentro de un evento de este tipo, y cualquiera que haya salido del estacionamiento de un festival puede dar fe y legalidad de que esto llega a tomar HORAS a veces, lo que puede poner a prueba la paciencia de cada quien.
Por otra parte, esta modalidad de conciertos no tiene contemplado traer a bandas internacionales y solo se limitará a tener a exponentes locales, lo cual tiene mucho sentido si de mantener la “sana distancia” hablamos, pues recordemos que hay una seria advertencia sobre los viajes ante la pandemia actual.
Sin embargo, podemos destacar que sin duda es un acercamiento a poder retomar la convivencia con el amor a la música de por medio.
En Freim creemos que esta idea no es la mejor de todas, y hasta pensamos que es algo absurdo, pero, queremos conocer su opinión, ¿nos acoplaremos a esta nueva forma de vivir la música como parte de la “nueva normalidad” o los festivales y conciertos volverán tal y como los conocemos en un futuro?