A lo largo de la historia de la música han existido casos de músicos que tenía todo el talento y potencial para triunfar, pero por caprichos del destino no lograron ser grandes. Tal es el caso de Brett Smiley, un cantante nacido a mediados de los años cincuenta en Indiana, Estados Unidos y que tenía algo especial para ser una gran estrella.
La estrella del glam rock que no pudo ser
Brett durante su infancia trabajó en Broadway, precisamente en el musical Oliver que protagonizó por cuatro años seguidos y posteriormente apareció en muchos comerciales de televisión. Pero, no fue hasta su adolescencia cuando Andrew Loog Oldham, quien fuera manager de The Rolling Stones lo descubre y decide llevárselo a Reino Unido para hacer carrera.
Eran los inicios de los años setenta, el glam rock era un género que dominaba la industria discográfica en toda Europa, el glitter, el maquillaje y la plataformas se combinaban perfectamente con una música alegre. Así que este intérprete se sumergió en esta corriente de moda en aquel entonces y grabó un disco que incluyó canciones de temática espacial, muy a la David Bowie.
Cabe señalar que la estética que usaba encajaba perfectamente con el glam, pues era un joven rubio muy andrógino de larga cabellera y delgadísimo que mostraba una gran belleza, todo esto acompañado con una actitud muy genial y llena de carisma.
En 1974 ya establecido en Londres publica el single Va Va Va Voom, pero el lado b resulta ser muy superior, nada más y nada menos que la canción Space Ace, en la que se puede apreciar unos destellos a Bowie en la época de Space Oddity o Ziggy Stardust. A pesar de que se invirtió muchísimo dinero en la producción de su proyecto, las ventas de Va Va Va Voom fueron un completo desastre y por tal motivo Andrew Loog Oldham tomó la decisión de lanzar el disco de Brett, porque supuso que se encontraba destinado al fracaso.
El cantante tuvo que regresar a Estados Unidos y volvió a radicar en Nueva York, donde esporádicamente hacía shows con bandas, para su mala suerte contrajo VIH consecuencia de su adicción a las drogas. No fue hasta 2003 cuando por fin vio a la luz el disco grabado en el Reino Unido en los años setenta que llevó por título Breathlessly Brett, aunque esto no sirvió de mucho porque continuó casi en el anonimato este músico.
Brett Smiley falleció el 7 de enero de 2016 en La gran manzana y la noticia consternó a los pocos que lo conocieron. A pesar de que en vida no pudo disfrutar de las mieles de la fama, existen personas que han tratado de difundir su música.