(Fotos cortesía de Santiago Nolasco)
Sobre las 17:00 horas del pasado sábado 15 de octubre, el radical clima de la CDMX parecía que no presentaría precipitación pluvial en la zona de la Magdalena Mixhuca. Como es costumbre en tarde de festival, sobre las avenidas Río Churubusco y Viaducto Miguel Alemán, los vendedores de souvenirs se hacían presentes con la misma intensidad del sol que caía a plomo sobre el domo de cobre del Palacio de los Deportes. A la distancia, donde la sombra lo permitiera, se divisaban grupos de fans con playeras de su artista predilecto, refrescándose con una cerveza bien fría y refugiándose del astro rey que como ya dijimos, no tenía piedad y tampoco madre.
Para esta edición se colocaron tres escenarios separados estratégicamente para evitar cruce de sonido: el Domo, el Pabellón y el Soundsystem. En el primero la actividad sería en su totalidad de bandas de Ska, mientras que la laxitud del segundo permitía a los fans del punk aguardar por la aparición de Richie Ramone. Por otro lado en el tercero, tendríamos una tarde con propuestas tan diversas que iban desde Ska hasta Minimal-Techno.
Previamente en el Domo, Hugo Lobo, Royal Club, Los Pies Negros, La Milixia, Los Elefantes, Out Control Army y La Tremenda Korte, ya habían calentado motores desde mediodía al público que llegaba a cuentagotas, pero que poco a poco comenzaba a hacerse presente. En el Pabellón, el cual era un poco más chico que el Domo, hicieron lo propio bandas como Sekta Core y Capone. Mientras que en el Soundsystem, ubicado en un patio entre el Domo y el Pabellón, los DJ’s de Ska ya habían puesto a moverse a los pocos asistentes que apreciaban el arte del mixing.
La mesa estaba puesta para una noche en la que se respiraría Ska en su máxima expresión, pues grupos históricos del género como The Skatalities y The Selecter preparaban su mejor set para una noche inolvidable. Al rededor de las 17:45, los canadienses King Hammond ya tenían al público encendido y coreando al unísono. La mayor afluencia de gente arribando se dio durante dicho momento, por lo que rápidamente quienes entraban eran contagiados la vibra por los que llegaron desde las 12:00 a.m.
Pasados unos minutos, el cronómetro colocado en una laptop a la izquierda de cada escenario, el cual indicaba el tiempo en cuenta regresiva que las bandas tenían por cubrir, marcaba que Los Skarnales, de Houston, Texas, debían cumplir con su participación en el festival. Los Skarnales, al son de temas como ”Borracho”, ”Rude Boy” y ”Demasiado Tarde”, arengaron a los presentes a dar un buen trago a su ‘chela’ y corear sus temas.
En el Soundsystem se estableció el punto de convergencia entre los fans del tornamesismo, los fumadores y miembros de crews de autos de todo el país, quienes estaban al pendiente de una exhibición que había tenido lugar horas antes, y de la cual únicamente quedaba un bello clásico en verde y negro a la vista. En el patio se podían hallar stands con merchandising oficial de las bandas, así como puestos que ofrecían ‘jochos’ y pizzas para todo aquel pacheco que sufriera del bajón.
Como agua en las manos se escurría el tiempo, y llegaba la hora de ver al primer peso pesado de la tarde-noche en el Domo. Los oriundos de Coventry, Reino Unido, The Selecter, precursores del movimiento ‘Two Tone‘, el cual marcó el inicio de la segunda oleada de Ska cuyo auge se dio entre 1979 y 1980, hacían su aparición en el escenario principal sobre las 19:00 horas. De inmediato el sonido contundente y sólido de los contratiempos típicos del Ska producidos por las guitarras, hacía cimbrar el lugar al tiempo de que los fans bailaban incesantes con temas como ”On My Radio”, ”James Bond”, ”Missing Words” y ”Back To Black”.
Es de destacar la calidad en el seteo de sus instrumentos, por su balance perfecto de frecuencias entre percusiones y bajos, con metales y voces. La conexión establecida con el público por la banda, la cual no hubiera sido posible sin la personalidad y presencia artística de la cantante Pauline Black, fungió como sello distintivo de los británicos.
Tras ser testigos de la primera actuación memorable de la noche, llegaba el turno de moverse al Pabellón a las 19:50, para dar cuenta de la participación de la banda de Richie Ramone, cantante y ex-baterista del emblemático grupo de rock-punk originario de Queens, Nueva York, los Ramones. Al llegar al escenario, el grupo de Richie ya se encontraba tocando sobre el Pabellón y desde un principio fue imposible no remitirse a la época de los ochenta, década en la que los Ramones vivían sus horas más altas. La edad y el notorio cansancio evidente en Richie no fue impedimento para que los asistentes corearan con la misma energía mostrada por las guitarras y el bajo, temas pertenecientes al álbum ”Celophane” (2016) como ”I Fix This”, ”Your Worst Enemy”, ”I’m Not Ready”, ”Just To Be Clear” y ”Enjoy The Silence”. Tras llegar a 0:00 el conteo regresivo, Richie Ramone, empapado en sudor, bajó del escenario para acercarse a un grupo de fans que se abalanzó sobre él para conseguir alguna selfie o una firma.
Posteriormente en el Soundsystem, se hallaba DJ Weng Weng, pincha-discos chino que con un estilo que combinaba elementos del Minimal, Techno y House, puso a bailar a los pocos que descansaban sus oídos del Ska. Como dato curioso, un grupo de personas no mayor a 8, se colocó frente al DJ para exigirle de manera grosera que se bajara del escenario, incidente que no pasó a mayores y que no impidió que Weng Weng finalizara con su actuación para dar paso al también chino DJ Mickey Zhang, quien sacó el cobre soltando sus mejores beats y convirtiendo el patio del Soundsystem, en un esbozo de antro.
La noche ya era total, el sol se había metido por completo y el tiempo seguía su curso como si trajese acelerador. Sobre las 21:55, tras las actuaciones de Tijuana No y Los de Abajo en el Domo, llegaba el momento de que Inspector hiciera su aparición en el Non Stop Ska! 2016. ”¡Somos parte de la historia del Ska mundial!”, gritaba eufórico en casi todos las canciones el vocalista Big Javy, quien durante el concierto fue errático al atacar notas altas de manera directa, pues se le notaba la voz cansada, aún así eso no fue obstáculo para establecer un vínculo emocional con los fans que fielmente bailaban y coreaban cada verso de cada tema ejecutado por la emblemática agrupación mexicana. Contundentes sonaron temas como ”Y Qué”, ”Es Por Ti” y ”Me Estoy Enamorando”, pero fueron sin duda ‘‘Amargo Adiós” y la balada ”Osito Dormilón”, los cortes que se entonaron con mayor énfasis, mismos que le dieron un carácter de memorable a la presentación.
Después de la actuación de Inspector, después de 15 minutos de pausa, pasadas las 23:00 irrumpió en el escenario Domo, la banda más importante y emblemática de la historia del Ska, a la cual se le atribuye la acuñación de dicho nombre al género: The Skatalites. Los provenientes de Jamaica sentaron cátedra con su estilo instrumental y permitieron a los asistentes descargar todo ápice de energía que quedase guardado. Tan pronto degustamos ”Freedom Sound”, el cual fue ejecutado con su característica estructura de improvisación de pregunta-respuesta a lo ‘standard de jazz’, se escucharon canciones como ”Guns Of Navarone”, ”Rock Fort Rock”, ”When I Fall in Love” y ”Skalloween”, que fueron ejecutadas magistralmente y sin sobresaltos de ningún tipo.
Poco después de las 0:00 horas los asistentes abandonaban el lugar cantando y visiblemente satisfechos por lo presenciado. Es de destacar la organización perfecta del festival gracias a la cual no se presentaron retrasos considerables en los horarios, ni sobresaltos a nivel de audio para ser un lugar con fama de tener mala acústica.
En términos generales, fue una noche agradable en la que el clima estuvo tanto a la llegada como a la salida del Palacio de los Deportes. Se trató de una jornada llena de Ska, pero con propuestas alternas, y dicho sea de paso, una carga de crítica política dirigida al candidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, que estuvo encabezada por Richie Ramone y The Selecter.