Demian Rugna ha logrado algo que muy pocos directores de cine de terror pueden presumir: inspirar un miedo genuino. “Cuando Acecha la Maldad” es una película que ha irrumpido con despiadada violencia en todos los rincones donde se ha presentado, incluyendo el prestigioso festival de SITGES, donde triunfó de manera implacable. La obra del director argentino es una experiencia cinematográfica visceral y aterradora que sumerge al espectador en un viaje hacia lo desconocido y hacia los miedos más profundos del ser humano.
La trama se desenvuelve en un lúgubre entorno rural, donde una historia de posesión demoníaca cobra vida. Rugna teje una narrativa inquietante que oscila entre la desesperación abismal y una insondable ambigüedad. Aunque el guión puede perderse en ocasiones en el sinsentido o decisiones cuestionables-descabelladas, muestra su astucia al crear una oleada frenética de imágenes abruptas, salvajes y desagradables que seguramente se quedarán grabadas en la mente del espectador durante mucho tiempo.
Más allá de su naturaleza como una película de terror, Cuando Acecha la Maldad se alza como una sombría y pertinente narración acerca de lo que sucede cuando la confianza, ya sea entre los miembros de una comunidad, en una familia, o entre un gobierno y su pueblo, se desmorona. La película revela la fragilidad de los vínculos humanos y la vulnerabilidad de la mente humana frente a lo desconocido y espeluznante, amalgamando de manera fascinante la intensidad propia de Horacio Quiroga con la indolencia característica de Stephen King. Esta obra despiadada obliga al espectador a cuestionar sus propios temores y debilidades, a medida que los personajes son arrastrados hacia un final impactante e implacable.
En un terreno cinematográfico que a menudo se siente trillado y predecible, Cuando Acecha La Maldad llega como un soplo de aire fresco, siguiendo las convenciones pero reinventando lo suficiente para ofrecer una experiencia auténticamente aterradora. Sin miramientos y yendo un poco más allá de lo usual, crea una atmósfera intensa y claustrofóbica que sumerge al espectador en un vaivén de estrés y ansiedad. La música y el diseño de sonido también contribuyen a la sensación de inquietud constante, elevando la tensión a niveles casi insoportables.
Cuando Acecha la Maldad es una película que ha llegado sorpresivamente, llevándonos a nuevos niveles de intensidad y originalidad. Esta pesadilla folk, cargada de convicción-determinación, estilo e ingenio sardónico, logra que sus defectos parezcan secundarios en lo que es, en general, un viaje oscuro sumamente escalofriante. Demian Rugna ha entregado una obra que dejará una marca duradera-indeleble en la historia del cine de terror latinoamericano, convirtiéndola, sin lugar a dudas, en la mejor película de terror del año.