En la voz de Girl Ultra, el deseo no es promesa ni espectáculo: es territorio. Un espacio donde el cuerpo se afirma, se contradice, se reconoce. En un panorama musical saturado de narrativas masculinas sobre el amor y la sensualidad, Mariana de Miguel encontró la forma de contar la historia desde dentro, con una honestidad que desarma.
Girl Ultra y el cuerpo como escenario propio
En sus canciones, el cuerpo femenino no aparece como objeto de deseo, sino como punto de partida. Desde “Adiós” y “DameLove” hasta “Punk” y “Rosas”, la artista mexicana canta el erotismo sin culpa y la tristeza sin dramatismo. Su sensualidad no es performance, es presencia: la de una mujer que se permite habitarse.
Girl Ultra no busca empoderar desde la consigna, sino desde la intimidad. Cuando canta “te pienso aunque no quiera” o “me dueles en cámara lenta”, no lo hace desde el papel de víctima, sino desde una humanidad compleja, contradictoria, que asume la vulnerabilidad como una forma de poder.
Una estética de la contradicción
La feminidad de Girl Ultra no encaja en moldes prefabricados. En sus visuales y presentaciones, hay glamour y crudeza, brillo y cansancio, deseo y soledad. Todo convive con naturalidad. Su estética bebe tanto del soul clásico como del pop experimental, pero lo filtra a través de un lente personal, profundamente urbano y mexicano.
En los videos de “Ella, tú y yo” o “fuera de lugar”, la cámara no busca erotizarla, sino mostrar la forma en que ella misma decide mirar(se). Es una feminidad que observa, que enuncia y que, sobre todo, se contradice sin pedir disculpas.
El deseo como resistencia
En Girl Ultra, el deseo no es algo que se consume: es algo que se habita. Al declararse vulnerable, devuelve al amor su peso real. Su discurso desafía la idea de que la mujer poderosa debe ser impenetrable. Aquí, la fuerza está en la transparencia, en atreverse a decir de vez en cuando“me rompiste, pero sigo bailando”.
El R&B que ella representa no es solo una estética sonora, sino una forma de reconciliarse con el propio cuerpo. Cada canción funciona como confesión nocturna, como diario íntimo que se atreve a ser compartido.
La mujer detrás del espejismo
En entrevistas, Girl Ultra ha hablado de lo agotador que resulta ser constantemente medida desde lo visual. Su respuesta ha sido desarmar esa expectativa con sutileza: apropiarse de la imagen sin renunciar a la profundidad. En sus letras, el deseo no es una trampa ni una distracción, sino una búsqueda legítima de conexión.
Mariana canta con la serenidad de quien aprendió que mostrarse frágil también es una manera de ser libre. Y esa libertad, traducida en beats suaves y atmósferas oníricas, es quizá su gesto más político.
La música de Girl Ultra demuestra que la feminidad no necesita una narrativa heroica. A veces basta con aceptar la contradicción: ser fuerte y sensible, hermosa y cansada, amorosa y distante. En su voz, todas esas versiones coexisten sin conflicto.
Su obra no pretende ofrecer respuestas, sino espejos. En cada verso y cada susurro, Girl Ultra construye un refugio donde la vulnerabilidad no se esconde, sino que se celebra. Porque al final, ser mujer —en su universo— no es un papel que se interpreta: es una historia que se escribe con el cuerpo, la voz y la verdad.
Girl Ultra en Foro Puebla
Después de conquistar escenarios en Europa y Estados Unidos, la cantante mexicana Girl Ultra regresa a la Ciudad de México con un concierto especial el próximo 11 de octubre de 2025 en el Foro Puebla. La cita marcará la presentación oficial en vivo de su más reciente EP, Blush (2024), un homenaje a los sonidos eclécticos de principios de los 2000. Como parte de la velada, contará con la participación de Luisa Almaguer como artista invitada.

Los boletos estan disponibles a través de Ticketmaster y en las taquillas del Foro Puebla








