Hay bandas que mezclan estilos y hay bandas que construyen un idioma. Los Auténticos Decadentes eligieron lo segundo: tomaron el pulso bailable de la cumbia, la elasticidad del ska y la memoria afectiva de la canción popular para escribir un repertorio que se canta en fiestas, estadios y ferias sin pedir permiso a los géneros. Esa hibridez no es accidente: es un método de composición, arreglo y puesta en escena que explica por qué “Loco (tu forma de ser)” o “La Guitarra” siguen funcionando como si hubieran salido ayer.
El método de la mezcla: tres llaves, una misma puerta
La cumbia aporta el vaivén y las figuras del bajo que “caminan” con intención melódica; el ska pone la síncopa, los contratiempos de guitarra y la respiración de los metales; la canción popular ordena todo en estrofas y estribillos que cualquiera puede recordar. La banda equilibra estas piezas con una regla tácita: el arreglo no debe competir con la melodía vocal, debe enmarcarla. Por eso los coros entran como respuesta, no como adorno, y los vientos rematan frases que ya venían tarareándose.
Metales con propósito: hooks, diálogo y economía
Trompeta, saxo y trombón no van a lucirse por sí mismos: van a contar algo. La escritura de vientos privilegia motivos cortos y pegajosos, repetibles por el público, y apariciones en “llamado y respuesta” con la voz principal. Ese diálogo crea la ilusión de coro expandido: la gente completa lo que la trompeta sugiere y viceversa. Resultado: estribillos que se vuelven coreografías sonoras.
Humor, ternura y barrio: la poética sin solemnidad
El humor en LAD no es chiste fácil: es una estrategia para desarmar la vergüenza y hacer espacio a la ternura. La ironía funciona como espejo cotidiano —amores torpes, trabajos absurdos, amistades que salvan— y por eso las canciones resisten el paso del tiempo. No humillan al personaje: lo acompañan. Ese pacto emocional es clave para entrar a audiencias nuevas sin perder a las de siempre.
Ritmo social: por qué bailan juntas tres generaciones
Cuando un setlist coloca un ska acelerado junto a una cumbia midtempo, el show dibuja una curva de energía que permite el relevo generacional en la pista. Quien baila por el beat se queda por la letra; quien llegó por la letra descubre que también puede poguear sin violencia. El directo decadente es una “escuela del estribillo”: se aprende cantando.
Producción que deja aire: claridad antes que truco
Los discos exhiben una mezcla que privilegia inteligibilidad: bajo presente, guitarras con paneos francos, percusiones que abren la imagen estéreo y metales con espacio propio. Nada tapa a la voz; nada aplasta al público. En vez de comprimir hasta el cansancio, la banda prefiere dinámica real para que el coro colectivo haga su parte.
Dos casos emblemáticos
“Loco (tu forma de ser)”: métrica simple, bajo melódico y un estribillo que entra sin preparación solemne. La gracia está en la economía: cada palabra suma, nada sobra.
“La Guitarra”: narrativa cotidiana con remate memorable; los vientos subrayan el chiste sin convertirlo en caricatura. El riff vocal es el verdadero gancho.
México, segunda casa: adopción afectiva a largo plazo
La relación con el público mexicano no se explica sólo por giras frecuentes; se explica porque el repertorio cabe en ritos sociales: bodas, graduaciones, estadios, fiestas de barrio. LAD compone “himnos de lo común” y por eso el arraigo no depende de la moda: depende del día a día.
En vivo: dramaturgia del coro
Un concierto decadente está pensado como una secuencia de llamadas al coro. Hay momentos de desahogo (“todos saltan”), momentos de sonrisa compartida y pequeñas pausas que vuelven a cargar el resorte del baile. El final rara vez es solo ruido: es catarsis organizada.
La fórmula de Los Auténticos Decadentes no es sumar estilos, sino ordenar emociones con herramientas de cumbia, ska y canción popular. Ese “código híbrido” convierte la vida diaria en pretexto de baile y hace del humor una tecnología de la empatía. Por eso su cancionero no envejece: cambia de cuerpo cada noche en la voz de quienes lo cantan.
Los Auténticos Decadentes, celebrarán 30 años de trayectoria en Ciudad de México
La capital mexicana se prepara para recibir una verdadera fiesta musical de proporciones épicas. Los Auténticos Decadentes, la banda argentina que ha puesto a bailar a todo el continente, celebrará sus 30 años de trayectoria con un concierto masivo en el Estadio Alfredo Harp Helú el próximo 7 de noviembre.
Consigue tus boletos a través de Ticketmaster y en las taquillas del recinto. Para este magno evento, los boletos están disponibles en varios rangos de precio, partiendo desde los $427.00 MXN hasta los $2,196.00 MXN, con opciones intermedias de $610.00, $1,220.00, $1,464.00, $1,830.00 y $2,030.00 MXN.








