Por @Raika83 | Fotos: Heber Canett
Dicen algunos que quienes fueron al segundo concierto de aniversario por los ocho años de la revista Indie Rocks, en el foro del mismo nombre en la Roma el pasado 26 de julio, era más por necedad por el rock que por otra cosa. ¿El cambio de fechas? ¿La fusión de carteles? Qué importa, la poca afluencia nunca ha impedido que las cosas sean memorables. Al final, es sólo rock…
(Terror Cósmico)
Con un aforo que se acercaba al 50% de su capacidad, en el público del sábado predominaban los invitados, las bandas, los amigos recurrentes y la prensa. Sin embargo, las ganas de ver algunas bandas fue constante por quienes siempre estuvieron al frente del escenario, el ambiente de un festejo muy cálido se percibía, fue una noche para pasarla bien.
(Los Viejos)
Un vasto y diverso menú el del octavo aniversario de Indie Rocks!, en una noche rara, aunque sí bien ruidosa, cervecera y con buena música: desde el poder oscuro de Terror Cósmico, las guitarras desmadrosas de Los Negretes, o los Viejos, en una etapa en la que parece que no pueden tocar mejor. Como “tocada”, al festejo le faltó tal vez un público más prendido y adecuado para algunas bandas, pese a que sí se percibió, por ejemplo, que Él Mató a un Policía Motorizado eran los favoritos de la noche, aunque fuera por un puñado de fieles cantantes seguidores.
(Los Negretes)
A diferencia del concierto de la semana pasada con OFF!, en la segunda parte del festejo fusionado, la banda contemplada para engalanar los ocho años de Indie Rocks! fue The Men, que si bien sonaron impactantes y fueron otro de los platos fuertes de la noche, lució menos frente a la euforia de los argentinos que venían después de la banda neoyorquina.
(Aj Dávila)
Una noche calurosa, de cábula entre amigos y uno que otro aferrado a no dejar morir la devoción por las guitarras, el bajo y la batería. Afuera, la fiesta. Adentro, micrófonos que nunca dejaron escuchar bien a la mayoría de los vocalistas de las bandas: Aj Dávila pidió que le abrieran más el volumen porque de plano sí no se escuchaba casi nada, o Santiago Motorizado que de plano tuvo que echarle más poder a sus interpretaciones para escucharse claro (Jota de Los Planetas hubiera estado feliz esta noche). Sin embargo, a veces eso parece no importar. Se bebe, se sonríe y se baila si se quiere. Era un cumpleaños, básicamente y en ellos no hay mucho que esperar, sólo dejarlo pasar. Es sólo rock and roll…
(The Men)
Todos los números estuvieron a la altura de la noche, sin aburrir demasiado o colgarse con sets más clavados, todo iba con dinamismos. Fue una buena noche de esas de cartel kilométrico, como los del Alicia. Pero si hay que ser fieles a eso que solemos llamar “lo memorable”, tendríamos que decir que la noche y el entusiasmo fueron para The Men y Él Mató a un Policía Motorizado, sets muy diferentes en su estructura y ejecución pero igual de efectivos para fines de conexión rockera.
(Él Mató a un Policía Motorizado)
The Men es un grupo ensayadísimo, potente y muy roquero. Hay rock setentero, psicodelia, distorsión y también pop y sentimiento. Cuatro años condensados en una vasta y muy eclética colección de seis trabajos de estudio los respaldan. Pudieron hacer menear las cabezas de los estáticos asistentes.
(Él Mató a un Policía Motorizado)
Por su parte, los argentinos de Él Mató… llevaron las letras sentidas y la distorsión melódica de sus guitarras a lugares en donde el canto es la máxima conexión de una banda sin pretensiones, roquerísima y especialmente querida por un séquito de fans bien aguerridos. El saldo: pulgar arriba y oídos zumbando. Afuera, gente cansada y contenta. Adentro, el verdadero festejo, el del equipo de una revista que se aferra, apenas estaba empezando.
