Esta serie rankeada en el top de series de Netflix contiene elementos muy familiares para nosotros los mexicanos. La mayoría de personas de nuestra generación crecimos viendo alguna telenovela con nuestra madre o abuelita. Fueron parte de nosotros personajes malvados y la típica protagonista guapa, humilde pero que es pobre y es salvada por algún hombre guapo con dinero. Hay mucho drama en estas historias y aunque Monarca no es para nada esa fórmula telenovelesca, sí hay algo en común que nos atrapa.
Es la historia de una familia mexicana que, al igual que en las telenovelas, habla de secretos, traición e hipocresía. Retrata de algún modo la idiosincrasia mexicana de la pantalla chica que pocas veces hemos visto muy bien representada en una producción.
El poder es uno de los temas cruciales que se tocan en Monarca, una vez que lo tienes, ¿Qué puedes hacer con él? Los personajes van atravesando una serie de circunstancias en la historia que los lleva de una u otra manera a utilizar el poder a su favor, lo cual puede ser muy satisfactorio pero también muy peligroso. Lo anterior en el marco de la familia que, indudablemente puede sacar lo mejor o lo peor de ti.
Monarca trata de una empresa, y por empresa se puede entender familia, con un imperio tequilero al que uno de los tres hermanos tiene que llegar a la presidencia y controlar todos los negocios que se hacen alrededor de la tequilera. Pero llegar a la cima no será nada fácil, el complot, el narcotráfico y la hipocresía constantemente estarán en su contra.
El elenco es ideal, digamos que hay tres visiones del manejo de la tequilera y a su vez la postura sobre el manejo de los negocios en México. Lo anterior es representado por los tres hijos aspirantes al trono. Joaquín Carranza (Juan Manuel Bernal) Ana María Carranza (Irene Azuela) y Andrés Carranza (Osvaldo Benavides). Aunque estos tres personajes son los protagonistas, el resto de la familia Carranza tiene un papel muy importante en el desarrollo de la historia. El casting es excelente.
Ana Maria Carranza, es una mujer independiente, valiente, honesta, que a lo largo de las dos temporadas ha mostrado procesos de cambio. Ella toma el desafío, acepta el reto de la dirección de Monarca, es una mujer que se repone a las adversidades y no se detiene ante una amenaza. En la segunda temporada podemos ver en ella algunos elementos feministas que se agradece mucho ver en producciones de este tipo.
Andres Carranza es como el inmaduro de la familia, en el que no confían mucho. Su personaje busca la seguridad, la estabilidad y vive presa del qué dirán. Mantiene siempre la idea de campeón, de ganador, pero se le va caer la estructura ante varios golpes que le dan dentro de su nucleo familiar incluyendo en el tema de su homosexualidad. En la segunda temporada lo vemos mucho más evolucionado y liberal, sobretodo en el tema sexual lo que también es algo crucial en lo entretenido de la historia. Al principio, se puede ver como un hombre muy confundido o perdido en sus decisiones pero poco a poco vemos de lo que Andrés Carranza está hecho.
Joaquín Carranza, el mayor de los hermanos, es un hombre sumamente intenso, un tanto malévolo y perverso que, en mi opinión, es lo mejor de la serie. Es un personaje lleno de matices que puedes llegar a odiar en algún momento pero, a veces, quisieras tener su temple, su inteligencia y forma de manejar las cosas. Considero que es el mejor actor en la serie. Joaquín apuesta por el sistema mexicano con el que contamos pero, en la segunda temporada, llega una tremenda sacudida y como espectadores nos mantiene al filo del asiento esperando su reacción.
Los Carranza son vistos por todos los ángulos, mostrando sus partes perversas pero también sus virtudes así como sus extremos, positivos y negativos. La serie da muestra de una gama muy amplia de emociones que indudablemente atrapa al público. Por supuesto hay sangre, asesinatos, sexo intenso y amenazas, lo que se agradece si de entretenimiento hablamos.
Visualmente es muy buena, los escenarios en donde transcurre la historia ya sean las hermosas haciendas en Jalisco o las sofisticadas oficinas en la ciudad, son complacientes a los ojos de los espectadores. El realismo en el maquillaje y vestuario aportan elementos que maximizan la historia, sin contar sobretodo la cultura del tequila en México. El Estado de Jalisco se muestra con paisajes maravillosos que te permiten adentrarse en el terreno del negocio del tequila.
En resumen, Monarca es una historia de poder con un reflejo del México actual. Exhiben varios episodios con partes de hechos reales lo que te hace interiorizar aún más la trama. La aceptación de esta serie justamente es por lo anterior, los elementos como el tequila, la familia, las clases sociales y la corrupción son totalmente a la mexicana.
La gran pregunta que se plantea a lo largo de los 18 capítulos es si una persona se puede conducir con éxito y dinero en este país sin que haya corrupción de por medio. Aunque los personajes principales están permeados de corrupción en distintas medida, no deja de ser interesante este planteamiento.
La historia está llena de matices y muestra a seres humanos complejos, no solo el bueno y el malo, sino justamente muestra a seres humanos reales con todas sus complejidades. No se pueden perder esta serie.