¿Qué sería de la cultura pop sin sus grandes revoluciones y constantes cambios? Estamos acostumbrados a una realidad fluctuante que se ve influenciada por un sinfín de factores políticos, sociales y culturales; una realidad en la que los discursos que transgreden la normatividad del estándar blanco, cisgénero hetero-patriarcal han ido tomando cada vez más y más visibilidad.
Sin embargo, aunque podemos afirmar que existe un progreso en cuanto al entendimiento de estos discursos, sus orígenes (como en todos los movimientos sociales), comenzaron con una flama, una idea, una persona lo suficientemente valiente como para poder mirar a la cara al sistema y gritarle ¡Ch*pate esta!
En el caso de representación drag y la estética camp en el cine y la música, esa persona fue Harris Glenn Milstead, también conocido como: Divine.
La influencia de un ícono legendario en la cultura pop
Nacido el 19 de octubre de 1945 en Baltimore, Maryland, Harris Glenn Milstead emergió como una figura destacada en la escena underground de la década de 1960. Fue el director de cine John Waters quien lo descubrió y le dio el nombre artístico de Divine, una palabra que encapsulaba a la perfección su presencia imponente y su aura rebelde.
Divine se convirtió en la musa y colaboradora habitual de Waters, protagonizando algunas de sus películas más exitosas, como “Pink Flamingos” (1972), “Female Trouble” (1974) y “Polyester” (1981). Estos filmes transgresores y provocativos desafiaron las normas de la sociedad al presentar un Harris Glenn que se camuflaba bajó la piel de un personaje que lo cambiaría todo.
La imagen de Divine era audaz y extrema. Su estética drag exagerada, con maquillaje dramático, pelucas exuberantes y atuendos provocativos, desafiaba los estándares de belleza convencionales y rompía las barreras de género. Divine se convirtió en una figura icónica para la comunidad LGBTQ+ y para aquellos que buscaban una representación desinhibida y audaz en los medios de comunicación. Sin embargo, cabe remarcar que, aunque nunca se vio envuelto en protestas activistas de la comunidad, el carácter transgresor del personaje fue lo que le valió volverse un estandarte de la lucha LGBTQ+.
Divine más allá de la frontera cinemática
Además de su carrera en el cine, Divine también incursionó en la música, grabando varios álbumes y logrando un gran éxito con sencillos como “You Think You’re a Man” y “I’m So Beautiful”. Su estilo musical fusionaba el pop, el punk y el disco, y sus letras desenfrenadas y atrevidas continuaron desafiando las convenciones sociales. Actualmente la discografía de Divine está compuesta por 10 álbumes de estudio (incluyendo las compilaciones en vivo) y más de 13 sencillos.
La muerte de una estrella
A pesar de su apariencia teatral y extravagante, Divine era conocido por su personalidad amable y cálida fuera del escenario. Amado por sus amigos y colaboradores, dejó una impresión duradera en aquellos que lo conocieron de cerca. Tristemente, Divine falleció el 7 de marzo de 1988 a la edad de 42 años, dejando un legado imborrable en el mundo del arte y la cultura alternativa.
Hoy en día, Divine sigue siendo recordado como un ícono contracultural que desafió las normas y abrió el camino para la aceptación de la diversidad y la liberación de la expresión individual. Su impacto se puede sentir en artistas contemporáneos que continúan desafiando los límites y luchando por la igualdad de derechos.
La vida de Harris Glenn Milstead, conocido como Divine, fue una mezcla de osadía, talento y una dedicación inquebrantable para redefinir los límites del arte y la identidad. Su influencia en la cultura popular perdura, y su espíritu desafiante sigue inspirando a aquellos que buscan vivir sin disculpas y celebrar el derecho a la vida y derecho amar sin ser perseguidos.