División Minúscula rompió las fronteras de la melancolía

Era una noche discreta, el humo de los cigarros se escapaba entre los dedos de mujeres jóvenes y chamarras de cuero, entre chalecos y sudaderas se respiraba una atmósfera cálida, el Teatro Metropólitan absorbía de poco en poco las almas cautivas que esperaban por un encuentro con la melancolía, pero esas almas no lo sabrían hasta salir.

Así es, División Minúscula jugueteó con nuestros sentimientos, aprovecharon perfectamente el amor que nació hace 17 años con “Extrañando Casa” cuando muchos aún eramos jóvenes creciendo y madurando a la par de la agrupación.

Ese amor fue bautizado como “Fronteras” y fue lo que celebramos aquella noche.

División Minúscula rompió las fronteras de la melancolía — DIVISIÓN MINÚSCULA
Abridores: Silver Rose.

De esta manera quedó plasmado un ocho de diciembre como el día en que se juntaron todas las etapas de nuestra vida, pasando por ese primer disco adolescente, creciendo con “Defecto Perfecto”, pasando por “Sirenas” hasta “División” y claro un “Secretos” que nos recordaría lo importante que es regresar a escuchar lo aprendido.

El tiempo sigue escurriendo y como espejo lo remontamos al sábado, gritando al pasado “Un beso al aire y un giro al pecho”, “Altamar”, “Señales”, “Cursi”, “Año Nuevo”, “Frenesí”, entre otras.

Canciones que abrieron el baúl de los recuerdos, claro, en una versión diferente pues estábamos en “Fronteras” y en esta ocasión había invitados en casa: Luis Fara de Quiero Club – íntimo amigo de la banda – y Carla Sariñana, bajista de Ruido Rosa y Silver Rose – quién también se encargó de abrir el concierto con su dream rock y sus love vibes -.

El público permanecía en sus asientos mientras cantaba, algunas parejas se entregaban a la pasión entre besos, otros gritaban con su aliento etílico mensajes de apoyo. La atmósfera melancólica crecía a medida que algunos derramaban lágrimas y hacían llamadas en ciertas canciones.

División Minúscula es una banda que se ha afianzado en la escena rock mexicana, es un icono de los jóvenes que crecieron en los noventas pues resultó un crecimiento mutuo, un proceso lleno de magia pues a la par que el camino se avanzaba, División los acompañaba para ponerle ritmo al soundtrack de su vida.

Abridores: Silver Rose.

Fue esa noche llena de melancolía que detonó, nos dimos cuenta, seguimos creciendo, seguimos regresando a casa, seguimos jugando con el recuerdo. Si algo ha mantenido y afianzado a la agrupación norteña es el amor a sus fans y la manera en que han conectado con tantas vidas, plasmando así un sello que muchos portaran con orgullo.

Una marca que más que regresar al pasado, nos enseñará a siempre seguir adelante pero que no está mal mirar atrás para llorar, reír y amar de nuevo. Eso siempre se agradecerá a la música.