Hay canciones que no necesitan presentación, apenas una nota para que todo vuelva: la época de videoclips en la televisión, de películas adolescentes con finales felices, de tardes con ventanas abiertas y radios encendidas. “Kiss Me” es una de esas canciones. Y por primera vez, la banda detrás de esa melodía inmortal —Sixpence None the Richer— pisará suelo mexicano para hacerla sonar en vivo, junto a otros himnos de su catálogo que marcaron una época.
El próximo 22 de junio, la Sala (A) del Foro Indie Rocks! será el escenario de un momento largamente esperado. Leigh Nash, Matt Slocum y Justin Cary, los rostros y sonidos detrás de este icónico proyecto de rock alternativo, llegarán a la Ciudad de México como parte de su gira latinoamericana, que cerrará precisamente con esta presentación. Un gesto que bien podría leerse como un regalo para sus fans mexicanos, muchos de los cuales crecieron con sus canciones en el fondo de sus historias personales.

Formada en los años 90, Sixpence None the Richer alcanzó el éxito global con su álbum homónimo y especialmente con “Kiss Me”, que se convirtió en un estandarte del romanticismo pop alternativo. Pero reducir su legado a un solo tema sería injusto. Canciones como “Breathe Your Name” revelan una sensibilidad compositiva notable, mientras que sus versiones de “Don’t Dream It’s Over” (de Crowded House) y “There She Goes” (de The La’s) mostraron su talento para apropiarse de clásicos sin perder su sello melódico y etéreo.
Este concierto no será solamente un repaso por los éxitos de una banda querida, sino una especie de cierre de círculo para quienes han esperado más de treinta años por esta visita. También es una oportunidad para que nuevas generaciones descubran la belleza de una propuesta que, si bien suave y melancólica, no ha perdido ni un ápice de vigencia.
Los boletos ya están disponibles a través de Fever, con precios que van de $900 en zona general hasta $1,300 en balcones VIP. No será un espectáculo de luces desbordantes ni de artificios escénicos. Será, más bien, un reencuentro íntimo entre una banda y su historia, entre sus canciones y quienes las hicieron parte de su vida.
A veces, la nostalgia no necesita traducción. Sólo necesita una guitarra, una voz dulce y una canción que comience diciendo: “Kiss me, out of the bearded barley…”








