por: J. Ismael Canales / @YoSoyIshael
La abundante lluvia y el frío otoñal no evitaron que el público capitalino fuera poco a poco abarrotando el Plaza Condesa para ver la presentación de Kashmir, la banda danesa más importante de los últimos años.
Con un lleno total y un público ansioso, a las 9:15 en punto se apagaron las luces del recinto, Kasper Eistrup, Mads Tunebjerg, Henrik Lindstrand y Asger Techau se apoderaron del escenario y después de una reverencia al público mexicano que gritaba y aplaudía tomaron sus instrumentos.
Beats electrónicos comenzaron a sonar anunciando ‘Blood Beech’ pista inaugural de la noche con la que el público comenzó a ambientarse. “Buenas Noches” saludó Eistrup al terminar la primer canción, se colgó su guitarra acústica y comenzó con ‘Piece Of The Sun’ bello tema que creó una atmósfera de tranquilidad y paz, que se volvió más festivo con el tema sucesor ‘Mouthful Of Wasp’.
La guitarra de Kashmir comenzó a jugar, riffs, efectos, muchos sonidos comenzaron a tomar forma lentamente hasta convertirse en el intro de ‘Melphomene’ arrancando el alarido de los presentes y explotando energéticamente en la parte final de la canción, un tema de los más coreados de la noche.
Después de interpretar ‘Graceland’ Kasper Eistrup se puso de rodillas para manipular la pedalera que hacía que su guitarra emitiera una multitud de sonidos distintos que se transformaron en ‘Pedestals’. Posteriormente ‘Surfing The Warm Industry’ se encargó de volver loca a la audiencia de nuevo.
‘Peace In The Heart’, ‘No Balance Palace’ y ‘Purple Heart’ se encargaron de poner a bailar al Plaza y un Plaza que volvió a aplaudir y gritar al escuchar las primeras notas de ‘Rocket Brothers’, un tema ya clásico de la banda y el cual la multitud cantó de principio a fin.
Las luces se apagaron y los daneses se marcharon del escenario pero al grito del ya famoso “Olé, olé, olé, olé…” Eistrup y Lindstrand volvieron al escenario, el primero portando la guitarra acústica y el segundo colocándose detrás de los teclados.
Ellos dos fueron suficientes para tocar una versión acústica de ‘Still Boy’ bastante bella y crear el momento más emotivo de la noche con ‘Seraphine’, tema con el que los sentimientos de la multitud afloraron mostrándose algunos en forma de un llanto que se perdía entre los cantos de un público totalmente entregado.
El resto de los integrantes volvieron y también el sonido eléctrico con el cual los daneses interpretaron ‘Small Poem Of Old Friend’, que dedicaron a uno de sus fans que se encontraba entre el público, por ser la primer persona que los identificó bajando del avión en su primer visita a México en el 2010.
El final se acercaba y lo mejor de la noche junto con él, Kashmir subió los decibeles y aceleró el pulso de todos con ‘The Cynic’ que fue interpretada con todo el poder, con toda la furia y con toda la irreverencia de una gran banda de rock, eran acordes potentes, un público enloquecido que gritaba y brincaba, unos músicos que sudaban y un Kasper Eistrup que se movía de un lado al otro del escenario dando guitarrazos, hipnotizando a la audiencia y llevándola a una explosión de aplausos y alaridos que cimbró el venue de la condesa al tomar una guitarra y utilizar el brazo de esta para tocar las cuerdas de la suya, como si fuera un violín y su arco, ese fue el momento cumbre de la noche.
El público enloquecido dejo ir a la banda tras bambalinas de nuevo, sabiendo que volverían en unos cuantos minutos. Y así fue, un par de minutos después los daneses regresaron e interpretaron ‘The Aftermath’ último tema de la velada que generó una atmósfera de satisfacción, la calma después la una tormenta sonora que fue ‘The Cynic’, una canción perfecta para terminar una noche llena de guitarras, sintetizadores y buena música en forma de 16 canciones en una hora y cuarenta y cinco minutos a cargo de Kashmir, quienes se despidieron del escenario alrededor de las 11 de la noche.