Este año, Bestia Festival va por su segunda edición, mantiene y mejora la propuesta con artistas de primer orden y gran arrastre entre los que saben de cruzamientos entre el metal, el avant y demás disciplinas arriesgadas y contemporáneas.
Para la edición 2014, a celebrarse en distintos recintos de la ciudad, Bestia reúne a nombres del calibre de Marc Ribot, The Ex, Roy Anderson y Neurosis. En medio de una saturación de festivales musicales sin otra identidad que la de los sabores musicales del mes, y un recorte presupuestal a ofertas culturales distintivas, Bestia no sólo enriquece la tarea que emprendieran años atrás festivales como Radar o el mismo fmx, sino que Claudia Curiel y su equipo se arriesgan por apostarle a un festival de corte mixto (con apoyo de instituciones e iniciativa privada), y emprenden uno de los festivales más interesantes y arriesgados del año en el DF.
Platicamos con Curiel, quien además es una persona profesional con más de diez años de experiencia en la gestión cultural (Radar, fmx, FICCO), y que hoy sabe muy bien las bases en las que se apoya Bestia, y nos habla de su sustento ideológico, comercial y sobre todo el aporte estético y cultural que representa.
Claudia Curiel (CC): “Bestia tiene un tinte más metalero, y no apela a las grandes masas, pero sí se trata de evaluar la oferta cultural y buscar una síntesis de colaboraciones con el sector público y privado, pero que también sea mercadeable, que no se quede en el nicho”.
Curiel sabe del entorno actual, en el que si un festival no cede ante las activaciones invasivas de las marcas patrocinadoras, el financiamiento se complica, sin embargo también está cierta del riesgo que corre la identidad de tu propuesta si cedes ante el lado opuesto.
“No nos da miedo colaborar con marcas, porque tenemos nuestra oferta muy clara y cuidada. A diferencia de otros festivales que son auspiciados por instituciones públicas, aquí sí hay que recuperar taquilla. En Bestia hay gente que está apostando recursos, sobre todo en un entorno en donde hay reducción de presupuestos a nivel de oferta cultural. Y traer a artistas como Zorn, Ribot o Neurosis en este esquema híbrido es algo que no se había dado tanto. Es una apuesta que camina entre la reducción de ofertas públicas y de sobreoferta de festivales culturales comerciales”.
Una de las piezas clave de Bestia es el aporte de Daniel Goldaracena, ex guitarrista de Los Nena, productor y curador musical, que además procura con sumo cuidado el aspecto auditivo y técnico de los eventos que veremos en Bestia, que además tiene un perfil bastante específico.
CC: “(Daniel) Nos ayuda mucho en la curaduría y es el mejor en cuanto a cuidar el audio impecable se refiere. Al final, Bestia es una propuesta que es un cruce entre metal, jazz experimental y música extrema de vanguardia que además nos gusta y conocemos. Es el nivel y propuesta que vamos estar presentando: música de resistencia con un nivel de ejecución impresionante, en un contexto como el que vive México ahora es importante, regresarlo de la marginalidad y volverlo a poner en el mapa, sobre todo para cambiar la perspectiva que se tiene sobre la misma, y que se vaya diluyendo esta impresión de los festivales como pasarela social, en donde importa si fuiste, a quién viste, etc.Nuestra inversión principal es en la música, los músicos y el ingeniero de sonido”.
Freim: ¿A qué invita Bestia? ¿Cuál es su aporte?
CC: “Aprender a investigar y escuchar, no sólo que te den todo masticado. Este año, el festival dura un poco más, hay talento local también que repite porque son bandas que han apoyado al festival (Monogatari y (SIC) ), que trabajan y apuestan contigo, que eso tiene Bestia: gente que ha trabajado y no ha recibido un solo centavo, porque le gusta la propuesta. Es una suerte de movimiento. Todavía es un festival sustentable, no hemos ganado aún”.
Freim: Este año se escogieron lugares muy particulares que salen de los recintos habituales. Si bien son lugares en los que hemos presenciado buenos conciertos, si da curiosidad los criterios de elección.
“La experiencia tiene que ver con el lugar donde lo vives; mejores recintos, buena acústica. Lugares a los que general no vas a ver artistas internacionales, y eso también genera otra atmósfera. Además nos gusta pensar en ciclos que se van moviendo, en donde cada emisión sea diferente y valga la pena”.
Freim: ¿Hacia dónde apunta Bestia en el futuro?
“A largo plazo: crecer a nuestro ritmo, aferrarnos a la identidad y generar más público. Jamás va a ser un festival masivo, es más bien un regalo especial para la ciudad. Un nicho que ya tenía Radar y Aural, pero Bestia añadió el metal, el cine y otras disciplinas. El festival no tiene un compromiso más allá que hacer lo que nos gusta.
“Nos interesa seguir consiguiendo buenos patrocinadores, que no invadan pero sí que apoyen, crecer al lado de ellos para que dejen ser al festival. Tener aliados que van por su propia cuenta, en un contexto legítimo, sin paga, como líderes de opinión en redes que te apoyan, como Patas oToni François, que en otro escenario no tendríamos recursos para pautar promoción con ellos. El festival gusta y eso es una gran satisfacción. Y al final nos gusta esto que es más con “feelling” y poder regalarlo y compartirlo es increíble”.
Para saber más acerca de las actividades del festival les recomendamos leer esta nota.