Comienza la cuenta regresiva hacia el Corona Capital 2025 y con ella, como ya es costumbre aquí en Freim TV, también da inicio a una serie de entregas semanales en las que revisaremos a fondo a los artistas que marcarán esta edición.

Cada semana nos adentraremos en trayectorías, bandas, sonidos nuevos, y más rumbo al festival y, para abrir este recorrido, no podíamos elegir hablar de otros que no fueran dos de los nombres más poderosos del cartel: Foo Fighters y Linkin Park, proyectos que, dada su larga carrera, se han convertido en símbolos de transformación y vigencia en la historia del rock.

Especial Freim TV rumbo al Corona Capital 2025: Hablemos de

Foo Fighters: el peso de la resistencia

La historia de Foo Fighters nos habla hasta cierto punto de un proceso de resistencia. Tras su debut homónimo en 1995, que funcionó como carta de presentación, el verdadero salto llegó con The Colour and the Shape (1997). En ese disco, la banda definió lo que sería su identidad: un rock de guitarras poderosas con letras que mezclaban lo íntimo y lo épico. Everlong”, por ejemplo, no solo se convirtió en una de sus canciones más queridas, sino en un estándar generacional que aún hoy aparece en listas de las mejores piezas del rock moderno.

There Is Nothing Left to Lose (1999) marcó una transición: más melódico y atmosférico, le dio al grupo su primer Grammy a Mejor Álbum de Rock. En un momento en que el género comenzaba a perder espacio frente al pop y la electrónica, el disco reafirmó que Foo Fighters podían mantener vivo el interés masivo en el rock alternativo.

La cúspide creativa llegó con Wasting Light (2011), grabado en cinta analógica en el garage de Dave Grohl. Ese detalle no era mero capricho técnico: fue una declaración contra la sobreproducción digital de la época, demostrando que el rock aún podía sonar fresco desde lo artesanal. El álbum ganó cinco Grammys, incluido el de Mejor Álbum de Rock, consolidando a la banda como referente absoluto en la segunda década del siglo XXI.

Pero quizá el momento más duro y definitorio llegó en 2022 con la muerte de su baterista Taylor Hawkins. Lo que pudo haber significado un punto final se transformó en un nuevo comienzo. En lugar de detenerse, los Foo Fighters convirtieron el dolor en homenaje: los conciertos tributo a Hawkins no solo celebraron su vida, sino que recordaron por qué la banda sigue siendo un refugio emocional para millones. En 2023 lanzaron But Here We Are, un disco atravesado por el duelo y la resiliencia, que hoy se lee como uno de los testimonios más sinceros del rock contemporáneo.

¿Por qué su participación en el festival es tan importante?

Foo Fighters llegan al Corona Capital 2025 el viernes 14, con un peso que trasciende la expectativa de escuchar clásicos. Representan la permanencia de una banda que ha sabido mantener su relevancia en la conversación cultural pese a los cambios de la industria. En un festival caracterizado por la diversidad de géneros, su lugar como headliners reafirma que el rock aún conserva una fuerza de convocatoria única y que sus canciones continúan siendo un punto de encuentro intergeneracional.

Linkin Park: la voz de una generación que sigue resonando

Si Foo Fighters representan la resistencia, Linkin Park encarna la transformación. Con el lanzamiento de Hybrid Theory en el año 2000, redefinieron por completo el sonido del nuevo milenio. Sus guitarras afiladas, bases electrónicas, scratches y la dinámica entre Chester Bennington y Mike Shinoda no solo revitalizaron el nu-metal, sino que le dieron voz a toda una generación marcada por la rabia y la vulnerabilidad. ¿Quien no recuerda rolas como In the End” y “Crawling” inundar las estaciones de radio y los canales como MTV, convirtiéndose en himnos universales de los años dos mil, dando voz a millones de jóvenes en un cambio de siglo marcado por la incertidumbre.

Meteora (2003) reforzó esa fórmula, llevándola a un nivel de madurez sonora. Canciones como “Breaking the Habit” exploraron la alienación y la identidad con una sofisticación melódica que les permitió mantenerse relevantes más allá del auge del nu-metal. Mientras otras bandas del género se diluían, Linkin Park logró que su discurso trascendiera modas.

En Minutes to Midnight (2007), el grupo abandonó parte del sonido que los había hecho famosos para explorar una veta más abierta hacia el rock alternativo y los arreglos orquestales. Aunque polarizó a parte de su base de fans, fue clave porque mostró que podían evolucionar sin quedar atrapados en un molde.

El EP del 2004 Collision Course, grabado junto a Jay-Z, fue otro hito que anticipó el rumbo de la industria: la unión del rap con el rock y el pop mainstream en un producto masivo, adelantándose a la hibridación de géneros que hoy domina las listas globales.

La tragedia de 2017, con la muerte de Chester Bennington, marcó un silencio doloroso. Su legado, sin embargo, siguió creciendo: One More Light (2017), aunque criticado por su giro hacia el pop, adquirió un peso emocional enorme al ser el último testimonio de la voz de Bennington. Canciones como One More Light se convirtieron en homenajes espontáneos al cantante, reforzando la dimensión humana de la banda.

¿Por qué su participación en el festival es tan importante?

El regreso de Linkin Park al Corona Capital 2025 el domingo 16, es un acontecimiento que supera lo musical. Su presencia valida la permanencia de un discurso lírico que, dos décadas después, sigue describiendo las emociones de una audiencia amplia. Volver a ver su nombre en un cartel de este calibre refleja no solo el poder de convocatoria que mantienen, sino también la vigencia de un catálogo que nunca perdió sentido. Para el festival, significa un acto de memoria y renovación al mismo tiempo: un puente entre quienes crecieron con ellos y quienes encuentran hoy, en sus canciones, una voz actual y necesaria.

Ahora cuéntanos, ¿Ya estas listo para el regreso de estos dos titanes al Corona Capital 2025? Si aún no tienes tus boletos no pierdas tiempo y corre a Ticketmaster.

¡No te quedes fuera!