Fotos cortesía: Salvador Bonilla | OCESA
La juventud mezclada con la experiencia y la infancia dando un mix digno de cualquier cocktail playero. Sí, esa fue una de las tantas características que encontramos en esta fiesta. Una pachanga que quedará en los recuerdos de todos ya sea por ser su primer concierto, por la nostalgia que conlleva recordar momentos de la juventud o incluso por el reflejo que posiblemente muchos asistentes tuvieron en los más jóvenes.
Así fue como con un ligero retraso empezó todo, gracias a la maravillosa Ciudad de México y su caos tan digno de cualquier urbe con sobrepoblación. Pero claro, como buenos chilangos nada pudo hacer que la fiesta se cancelara. Entre aplausos, riffs y tamborazos una agrupación clásica y emblema de nuestro país nos muestra que los 25 años son la edad del apogeo, quizá. Nuestra querida Lupita dio cátedra de que en México se saben hacer las cosas, y bien, porque desde que “Antena” sonó y bautizó la pista de baile, no hubo más que cansancio por tanto bailongo.
“No voy a volver” se encargó de aflorar nuestros sentimientos de despecho, ahí nos dimos cuenta que la noche era para que el corazón mandara porque al seguir con “Ombligo de la luna” y “Hasta morir” nos lo confirmaron. La calidad que muestran en conjunto después de este tiempo Héctor, Rosa y Lino son ejemplo de que la experiencia y crecimiento asienta bastante bien.
Con un paso antológico de poco más de dos horas, disfrutamos de un cachondeo ya característico afinado por la banda respaldada de unos audiovisuales dignos de película erótica, y no era para más con canciones como “Mente Caliente”, “Tú y tus tattoos”, “Diva de Bar” y “El país de la lujuria”, canciones que fueron de las más coreadas por el respetable.
“Gira para mí” tuvo ciertos toques de melancolía, la Lupita nos ofreció un licuado revuelto de sentimientos incitando a nada más que el amor y la pasión, ya depende de cada persona con qué acompañarlo. Chispas de lujuria, dulce erotismo o ¿por qué no? un simple detalle cursi… Aunque con “Te odio” también podemos agregar un poco de picante al brebaje místico.
De la bebida pasamos a la memoria con canciones de edad madura abriendo pista a canciones jóvenes, “Supersónico”, canción que trajo un cambio de outfit a la guapa Rosita y el ya conocido amado y odiado por tantos, cover a José José: “Gavilan o Paloma” dieron paso a “Mecha” donde La Lupe sacó su lado rapper.
“Ja, Ja, Ja” cerró la primera parte de la fiesta con un público eufórico (obviamente) bailando, cansados y agradeciendo siempre a sus fans por el apoyo, nuestra querida Lupita salió para preparar un encore precioso.
La segunda parte comenzó con “Llévame” seguido de “Arrójame”, par que hace una excelsa combinación en vivo por el sentimiento que provocan. Fue este mismo dúo el que trajo consigo otro de éxitos, la extravagante agrupación se despidió por completo tocando las piezas que los catapultaron al lugar donde se encuentran ahora.
“Contrabando y Traición” y “Paquita Disco” nos dejaron un grato sabor de boca despidiéndose, agradecidos con su staff, con el suelo que pisaron, con sus fans, con la Ciudad de México, con todos por hacer posible el contexto. Y nuestra única respuesta es seguir apoyando, cantando y estar orgullosos de las joyitas nacionales que siguen su carrera.
Lupita ya es una estrella en nuestra noche llena de cariño que esperamos nos siga iluminando aquellas noches de sabores con más música. Gracias Lupe, gracias por demostrar que México tiene grandes exponentes musicales.