Es una realidad, dentro de toda la oferta de festivales musicales en la Ciudad de México, el Corona Capital es aquel que más ambiciones tiene y que más relevancia ha ganado en cuanto a nombres de cartel se refiere. Como ningún otro, este epicentro para los amantes de la música se ha convertido en una de las tradiciones más grandes de los últimos años. El fin de año se espera, porque poco antes de que suceda, el Corona Capital trae a muchos de nuestros artistas favoritos para verlos en vivo.
Su edición de 2016 no fue distinto al resto, aunque tal vez sí un poco mejor al final del fin de semana. Contrario a lo que se pudo haber pensado, el clima no se convirtió en un factor drástico para el goce del festival, con un sábado nublado y un domingo soleado, pareciera que la fecha fue elegida con precisión. En una semana en la que la lluvia no había parado, que en el Capital no hiciera lo propio parecía uno de esos milagros inesperados.
Pero no solamente el hecho de que no haya llovido hace de la más reciente edición del festival algo memorable. Mirando hacia atrás permanece una sensación que dicta que se trató de una de las mejor elaboradas de los últimos años. Pocas veces se pudieron ver problemas de organización o de audio y, conforme más avanzaban los días, mejor se ponía todo aquello que se sucedía.
Su cartel, conformado por muchos nombres con grandes séquitos de seguidores, se lució como uno de los que mejor han funcionado en la historia del Capital. Desde los actos más pequeños hasta aquellos que brillaban por el tamaño de sus letras, la música –ese motor esencial para que cosas como ésta se lleven a cabo- fue aquel protagonista que todo festival espera. Hubo muchas cosas que ver y muchas cosas buenas para disfrutar.
El primer día guardaba sorpresas que después se convertirían en tema de conversación por lo agradables que resultaron. Desde el frenetismo de unos Parquet Courts insaciables y la precisión en los instrumentos de Wild Beasts hasta la locura que fue Fischerspooner en la carpa, la magia espacial de Air en medio de la noche y conmovedores momentos como la reafirmación de que Animal Collective es una de las grandes bandas de hoy en día y el recuerdo de los mejores tiempos de The Killers al final del día. El sábado fue el primer gran día de un Corona Capital que cumplió más de lo que lo había hecho en ediciones pasadas y era solamente un adelanto de que todo se pondría mejor.
Así llegó el domingo, un día que desde el inicio se sentía tan prometedor como inolvidable. Se trataba de la fecha en que los mejores grupos harían aparición y del día en el que la emoción se convertiría en nostalgia al cabo de unas cuantas horas de estar dentro del festival. El segundo día fue una mezcla de emociones, que terminó en una serie de conciertos dignos de los mejores recuerdos hasta la fecha.
Ya sea con las guitarras de Bleached y Alla-Lahs a tempranas horas del día o la dulzura de Yuck y Wild Nothing a mitad de la sesión, el domingo comenzaba a vislumbrarse como uno de esos días en el que no solo termina la jornada festivalera de un fin de semana, sino que también comienza la expectativa por lo que vendrá en un año a partir de entonces.
Fue entonces cuando todo comenzó a tener sentido. Desde que los Super Furry Animals salieron al escenario y dieron uno de los mejores conciertos que se pudieron ver en el Capital de este año, comenzó una serie de situaciones que no pararon sino hasta el final de la noche como un épico climax que no solo duraba la hora y media de cascos de Power Rangers y disfraces de Big Foot. Todo lo contrario, un climax que duraría hasta la última nota que se escuchó en el autódromo.
De ahí se podía ver al doble de personas entrar por la puerta principal ansiosos de ver a los actos más grandes de todo el cartel. Ninguno de ellos decepcionó. Grimes ofreció un concierto muy distinto a lo que habíamos visto de ella, mucho más ambicioso y mejor ejecutado, tanto que se convirtió de inmediato en una de las cosas más emocionantes de aquel día. Era algo por lo que estar felices, porque Boucher era la más feliz arriba del escenario.
Suede, Kraftwek y LCD Soundsystem fue la terna ideal para culminar un fin de semana más de Corona Capital. No solo porque son tres agrupaciones que han marcado sus respectivas generaciones en más de una ocasión, sino porque el tiempo y espacio eran perfectos para verlos una vez más en nuestro país. Los tres ya habían tocado antes aquí, pero nunca uno tras otro y nunca con reacciones tan viscerales como las del domingo.
Al final, salir caminando con el montón de gente satisfecha es una de esas sensaciones que no se viven todos los días. Todo lo que se vivió en el Corona Capital 2016 fue memorable y lo mejor es que toda la audiencia tuvo la oportunidad de abrazar en vivo al grupo de preferencia. Para todos y con calidad. Pocas veces un Capital es tan satisfactorio como el de este año, no hay de otra más que agradecer el goce que nos dio y comenzar las apuestas para el que viene. Nos vemos en el Corona Capital 2017.