Por: Osvaldo Rodríguez | Fotos: Victor Domínguez
El pasado sábado primero de octubre, tuvimos la oportunidad de contar con la participación de numerosos y reconocidos grupos como Foals, Twenty One Pilots y Kings of Leon, dentro del Live Out, un festival que presentó su 2 edición, la cual se llevó acabo en el Parque Fundidora, en la ciudad de Monterrey.
Al dar las 12 del mediodía, ya se podía ver una gran cantidad de personas visitando el lugar, esperando ansiosas por entrar; tanto público en general, como prensa, todos ansiosos por ser parte del evento; el staff del festival con gran disposición de ayudar. Al ingresar e ir recorriendo el lugar, se podía ver una gran cantidad stands, carpas, y los tres sitios principales; el Heineken Stage, Live Out Stage, dos estructuras monumentales donde se llevarían a cabo grandes muestras sonoras; y Heineken House, un domo en el que se tendría la presencia de un Dj tras otro, durante toda la tarde. A lo largo del día, tenías la posibilidad de visitar stands o carpas de alguna marca y participar en las actividades que tenía, así como acudir por algún souvenir. No se puede dejar de lado la comida, y para ello podías acudir a uno de los food trucks que se encontraban instalados en hilera.
Con duración de 45 minutos que tenían los grupos para tocar, así hasta llegar a los más aclamados, quienes pudieron expresarse durante más tiempo. Dando las 12:30 el primero en tener participación sobre el escenario, fue Kevin Garrett, quien con alrededor de dos años y medio de reconocimiento en masa; dio una agradable entrada a lo que llamaremos posteriormente una gran noche de música.
El segundo en hacerse presente fue Cleopold, haciendo su uso de electrónicos, llevo a las personas a bailar con pistas suaves; hasta estirar y doblar tanto los brazos hacia los lados mientras todos bailaban con alegría, a ritmo rápido.
Después de ello, se pudo observar a Black Pistol Fire, quienes dejaban claro, que su intención era prender a la gente; con la ruidosa guitarra y una batería al ritmo gradual, diciendo que algo bueno estaba por pasar, y lo lograron; pues todos bailaban y en voz alta, cantaban canción tras canción. Cosa que adularon en la rueda de prensa, diciendo sobre lo bueno y lo fácil que es cuando el público te acepta y en este caso, el público fue fenomenal.
!!! una banda que dio una muestra de cómo la música puede fusionarse con un performance atrevido, como se vio el atuendo principal, unos shorts domingueros; comunes de hace más de dos décadas, y una simple playera, y su coautora en este performance con gran sensualidad y muy cautivadora apariencia; pusieron a mover a la gente con buenos sonidos eléctricos y retomando un ritmo de disco.
Ya en ambiente, ahora le tocaba el turno a Slow Magic, quien con un rostro oculto detrás de una máscara; mostraba una propuesta electrónica un tanto salvaje y de colores, que si bien no habías escuchar de Slow Magic, bien podrías ponerte a bailar sin problema, y seguro volverías a escuchar su música en cuanto estés en tu casa y quieras sentir que la fiesta llega a ti.
Continuaba la tarde y lo que teníamos enfrente, era un grupo de sonidos dulces, electrónicos ochenteros; con una voz agradable como la de Z Berg, quien se contoneaba con un corto vestido por todo el escenario, había sensualidad en ese escenario y se notaba; pues hablamos de Phases.
Estarás de acuerdo en que conforme pasa la tarde en un festival de música, el público se prende cada vez más, y es un hecho que las bandas tienen el interés en que sea así; pues es la hora de Yatch. Intentaban reventar el escenario en cada oportunidad que su propia música se los permitía, y eso lo digo sobre todo por Claire, quien no se estaba quieta y hacia su trabajo por llenar el escenario; lo cual es de aplaudirse, saltando un poco de un lado a otro, se hacía tanto en el escenario; como entre el público.
Dando ya las 5:45 de la tarde, entraba en escena Oh Wonder, fue un momento para relajarte; si estabas acompañado de alguien que te interese, ese sería el momento adecuado para hacerse de buen lenguaje corporal. Todo se acomodaba en esos 45 minutos, música tranquila, voces suaves, y si no estabas en pareja; te ponían la oportunidad de platicar con alguien desconocida(o) que te pudiera atraer.
Pasando el momento de muchas oportunidades para las relaciones cálidas, empieza a crearse la sensación del clímax, fragmento del festival en el que los grupos empiezan a durar una hora en el escenario; y para iniciar esta etapa se presentó Lost Frequencies, quien a pesar de estar cubierto en gran medida, se mostraba su presencia detrás una gran. Música electrónica que puede iniciar tranquila y terminar dejándote con una sensación de ansiedad por bailar sin parar, aquí se usaron recursos en gran medida de humo y fuego que podrías ver claramente desde cualquier parte que visualizaras el escenario.
Todo parecía que iba a estallar, pero se da la oportunidad de relacionarse con alguna persona otra vez, en esta ocasión le toca a Jake Bugg, y presenta una serie de ritmos suaves; melancólicos y que en algunos momentos, intentan reventar fibras sensibles de las personas. Una hora de música en que el público demostró que ese tiempo seria sentimental, pues desde la primera canción, había personas con los sentimientos a flor de piel.
El momento culminante se acerca, son las 8:30 de la noche y se suben al escenario los Chvrches, se retoman los momentos de bailes acelerados; una voz de mujer, acompañada de efectos electrónicos, canción tras canción; hay una euforia creciendo en el público y se puede notar, no hay momento para dejar de emocionarse, y es de las mejores sensaciones en un festival, el pensar en que esa euforia tiene que ir a otro nivel cada vez mayor.
Todo está preparado, la gente ya sabe que banda sigue y rápido intentan alcanzar un lugar cerca al escenario de Heineken, donde se aparece Foals, la fiesta empieza a estallar. Como era de esperarse, Foals tocando una tras otra, comiéndose el escenario de un lado a otro sin parar; Yannis Philippakis brincándose la valla, no hay tiempo para descansar y es lo mejor. Todos apretados, entre el público trataban de bailar, la prensa se empujaba por tomar una buena foto; el área de prensa se encontraba saturado, la gente ya se encontraba muy emocionada y en espera de lo que seguía.
El turno de Twenty One Pilots había llegado, desde el inicio se percibía una sensación de euforia, ya estaban en las últimas horas del concierto y eran los grupos en que la mayoría tenía interés. Por todos lados se veía gente bailando, cantando las canciones, el grupo tenía como presentación visual; un conjunto de luces que dejaban una sensación inquietante, luces rojas, moradas, verdes, que combinadas con las canciones, harían sumamente difícil estar ahí y parar de bailar.
En este punto, ya hemos llegado a la parte final del festival, el siguiente en aparecer es Kings of Leon, todos preparados; inicia la última experiencia dentro del Live Out, una serie de experiencias, canciones empiezan y terminan; una tras otra, el público saltando en conjunto, cantando a una sola voz y haciendo uso de los brazos para aplaudir y moverlos de un lado a otro en el aire. Así concluyo este festival, en donde dejaron la sensación que todo concierto tiene que dejar, fue una gran noche de música; la remuneración esperada, y aun así, queríamos más.