Hay música que te hace bailar, y hay música que te permite sentir. Lo que Gracie Abrams ha logrado en apenas unos años pertenece claramente a la segunda categoría: una carrera tejida con susurros, cartas abiertas y melodías que se clavan en el pecho. Y ahora, por fin, su voz llega a la Ciudad de México para dos fechas completamente sold out, este 26 y 27 de agosto en el Pepsi Center, como parte de The Secret of Us Deluxe Tour.

Gracie Abrams en México: confesiones, pop y catarsis emocional

Pero esta no será una noche cualquiera. Gracie no viene sola. La acompañará ROLE MODEL, uno de los cantautores más honestos de la escena actual, cuyas letras también se sienten como confesiones en voz baja. Juntos, ofrecerán una velada que promete ser tan íntima como poderosa, ideal para quienes encuentran refugio en la música introspectiva.

Gracie Abrams: vulnerabilidad que suena

Desde su debut en 2019, Gracie Abrams ha demostrado que no hace falta gritar para ser escuchada. Con influencias que van de Joni Mitchell a la sensibilidad contemporánea del bedroom pop, ha construido un universo lírico que habla del amor, la pérdida, la ansiedad y lo cotidiano con una franqueza desarmante.

Su segundo álbum, The Secret of Us, es el reflejo de ese crecimiento. Aquí, las guitarras suaves y los sintetizadores etéreos conviven con versos que suenan como páginas arrancadas de un diario personal. El disco habla de la amistad, del anhelo, de la intimidad no romántica con una claridad emocional poco común. Su edición deluxe, además, incluye temas como That’s So True, una joya que muestra su evolución sonora sin perder la honestidad que la caracteriza.

En escena, Gracie convierte cada canción en una conversación. No es un espectáculo que busque deslumbrar con artificios, sino una experiencia para perderse —o encontrarse— en medio de la multitud.

ROLE MODEL: el arte de mostrarse roto

Como complemento perfecto, ROLE MODEL sube al escenario con su propia narrativa emocional. Con canciones como Look At That Woman o Somebody Else, ha capturado el lado más frágil del amor y la autopercepción. Su más reciente álbum, Kansas Anymore, es una exploración folk-pop sobre el desamor y la nostalgia, un disco que se aleja de la producción pulida para acercarse a la carne viva de las emociones.

La combinación de ambos artistas no es casualidad. Es un statement: una invitación a aceptar la tristeza, el deseo, la ternura. A sentirlo todo. A vivir el pop no como entretenimiento vacío, sino como canal emocional.

Un encuentro entre lo íntimo y lo épico

En tiempos donde la velocidad y el ruido dominan el panorama, estos conciertos son un recordatorio de que la vulnerabilidad también tiene fuerza, y que el arte puede seguir siendo una forma de conectar con lo que realmente importa.

Las entradas ya están agotadas, pero para quienes lograron conseguirlas, estas noches en el Pepsi Center prometen convertirse en recuerdos imborrables. Porque cuando la música se vuelve confesión, el escenario deja de ser un espectáculo para convertirse en un refugio.