Fotos cortesía Lulú Urdapilleta / OCESA
Una noche lluviosa en El Foro Sol de la CDMX recibió a miles de fanáticos de Guns And Roses. Nosotros tuvimos suerte de poder accesar al inmueble antes de que la lluvia arreciara. A los abridores nos los perdimos a propósito, esperando a que el agua bajara un poco mientras nos echábamos un cigarrito y que dieran las 21:30 para ver a los Guns. Incluso el don de las capitas nos quiso vender cada una a 30 pesos, pero la lluvia ya estaba cesando, así que guardamos ese dinero para las chelas.
La abridora “It´s To Easy” pronto nos hizo entrar en calor y buscar al cervecero para disfrutar el concierto con un par de chelitas como dios manda. “Mr. Brownstone” y “Chinese Democracy” siguieron la fiesta.
Fue por allá del 92 cuando Guns And Roses vino por primera vez a México, y por el 2011 tuvieron un regreso medio desastrozo. Suerte que para este año, Axl dejó su mamones a un lado y vino a hacer lo que sabe.
– Ni está tan gordo el wey – Le dije a mi compañero.
Tal como en Coachella, Axl estuvo todo el tiempo sentado en una especie de trono. La neta nos hubiera gustado verlo bailar y moverse en el escenario, pero eso se compensó con el poderío de voz que aun se carga, es como escuchar las versiones de estudio; no le fallan los tonos aun al cabrón y lo dejó bien claro cuando sonó “Welcome To The Jungle”.
Ver a Slash ejecutar cada solo y cambiar de guitarras es algo muy chingón, y más cuando reventó su clásica interpretación del tema de “El Padrino” para después soltar “Sweet Child O´Mine” sin decir agua va.
La cosa se puso mejor cuando sonaron los primeros acordes de “Wish Your Where Here”, tema original de Pink Floyd que Slash reventó con puro solo de guitarra !Qué bárbaro!
Y por si fuera poco, la única vez que Axl dejó su trono, fue para ir al piano e interpretar “November Rain”, marrano momento.
“Knockin’ On Heaven´s Door” marcaba el final del concierto. No sin antes sorprendernos en el encore con “Patience” y dar paso a la destrucción: “Paradise City”, tema con el cual cerraron su presentación reventando el escenario con todos los juegos artificiales del mundo y mandarnos a todos felices a casa.
