Hablemos de audacia que requiere organizar un festival mediocre. Por supuesto, es esencial dominar la habilidad de ignorar todas las reglas y elementos que de lo contrario te llevarían a tener un evento exitoso, entrañable, uno del que la asistencia hable (bien) y que no pueda esperar para el próximo año sin estar pensando con que nueva chingadera van a salir. Cosas básicas, cosas que al final uno como audiencia y otros como organizadores, deberíamos tener: Certeza.
¿Planificación? ¿Atención a los detalles? ¿Gestión de presupuestos? ¿Organización y capacitación de personal? ¿Quién los necesita cuando puedes aferrarte por más de diez años a la mediocridad y todavía tener la osadía de repetir edición con edición “Gracias por su asistencia, este año fue todo un éxito”. Que pena que este 2023, su chiste mal contado ahora sí se les salió de las manos, dejando en ridículo a su propio evento y poniendo en evidencia la ineptitud de sus cabezas.
Hell and Heaven, el ABC de un festival decepcionante
Hell and Heaven, o como algunos lo llamaron cariñosamente, el “Cancell and Heaven”, ha vuelto a deleitar a los amantes del metal con su inigualable combinación de problemas y mucha, mucha desorganización, pues ya han sido múltiples las ediciones del festival en donde gracias a cancelaciones, problemas graves que tienen que ver con incumplimientos de contrato y pésima comunicación interna, se convirtieron en una oda a la ineptitud festivalera.
Desde sus inicios en 2010, se ha vendido como uno de los “mejores festivales de metal de Latinoamérica” pero parece que han tomado el “mejor” en un sentido bastante irónico.
Cancelaciones
Empecemos con las cancelaciones que han sido el pan de cada año, sin embargo este 2023 rompieron récord. Y es que en esta ocasión, aún con su anuncio de cartel a contra reloj, el festival nos prometió un line up variado y emocionante, prometiendo que esta vez sería diferente. (Ajá). Sin embargo, mientras se acercaba la fecha, solo podíamos sentir el nerviosismo de los organizadores, que al parecer cargan con una maldición pagana, o tal vez, solo tal vez, es que nunca han aprendido de sus errores en una década de desastres garrafales continuos.
Bueno, basta decir que al menos el 80% de los headliners, (únicamente headliners) contemplados, se bajaron del festival por cosas inexplicables (cof, cof, incumplimiento de contrato). Creando básicamente, un festival dentro del festival, dado el número de bandas que abandonaron el barco.
Al menos la constancia de la promotora en decepcionar a su “legión” fue lo único que se mantuvo dentro.
Estafa y burla a sus seguidores
A pesar de sus comunicados y conferencias de prensa se notaba cada vez más que el fest no se ensayaba vendiendo en lo absoluto, siendo el motivo principal de enojo de muchos de los seguidores del festival, pues al inicio, se abrió una venta anticipada de abonos y asientos VIP, preferentes y etc a precios “Legión”, que seguidores esperanzados, realmente adquirieron, armándole el cochinito al fest y llenándoles los bolsillos. Peeeeero, con la tanda de cancelaciones y el día del festival más cerca, optaron por ponerlos en remate, casi regalando la entrada, intentando liquidar los boletos a toda costa, con el único fin de que la gente al menos ingresara al consumo, y esto fue una total falta de respeto a la gente que SI respeto sus precios base.
Puertas
Uno de los mayores misterios sin resolver del festival es su habilidad sobrenatural para crear un caos total en la apertura de puertas. Siempre, edición con edición, son horas de interminables filas y la gente languideciendo bajo el sol, mientras las bandas que hacen su chamba dando el banderazo de salida, tocan solo para el sol y el pasto, porque allá afuera, nadie sabe cuándo podrán ingresar. Dando como resultado la afectación a las bandas que cargan con la apertura.
Cashless por 30 pesos y los baños general y zona VIP
Hablemos de las pulseras “cashless”: Pagas $30 para activar una pulsera que, en teoría, hará que tu experiencia sea más conveniente, pero en realidad solo agrega otro nivel de complicación a un evento ya caótico.
Y, por supuesto, no olvidemos el tratamiento especial para los afortunados en la zona VIP, con baños exclusivos que al final no eran tan exclusivos y no precisamente de lujo. Pues solo habían como dos. Imagínense la exclusiva experiencia de entrar en cualquier otra letrina pero EN ZONA VIP.
Y si así les fue a los VIP, pueden suponer como le fue a la banda en general. Al menos durante el primer día de esta edición, los baños eran casi un mito, inexistentes y si te topabas con una, estas increíblemente reducidas y además sin personal a cargo a la vista. Si como MAGNO EVENTO, no puedes costearte ni garantizar más de tres letrinas, ni higiene básica, que es obligatoria en un festival para miles de personas, es porque verdaderamente estas de la chingada.
Su trato a prensa
Si nos vamos a temas de prensa, este es justamente uno de los eventos en donde peor se les trata, especialmente a fotógrafos, quienes estan bajo amenaza de sanciones personales si quieres o pasa por tu cabeza tomarle foto a Headliners. Y por si fuera poco, otra cosa básica que se debería tener señalado, es la ubicación donde podrás llevar a cabo tu trabajo, y es que nunca, nunca te informan donde rayos esta tu carpa de prensa (si es que la hay) y cuando no es un mito, esta no tiene red fija de internet para mover tu contenido, para hacer TU TRABAJO.
Pero no es todo, la pésima logística de registro de accesos y acreditaciones es oootro tema.
Este año fue de las ediciones en las que muchos medios mostraron apoyo al festival, aún viendo lo que hacían a pasos forzados. Ya fuera acudiendo a sus conferencias de prensa o armando material que pudiese ser vendible a su favor; desde fotografías, creación de videos, textos editoriales, etc, etc. Y como resultado, si tu medio tenía el acceso y si es que te avisaban con tiempo, (porque si, también ha tocado que avisen que te presentes en el módulo de prensa, con tan solo un par de horas de anticipación, (algo que ni los festivales más jóvenes). Aquí queremos señalar directamente la ineptitud de Minerva Hernández, quien es la encargada de prensa y acreditaciones, además de sus terribles faltas de respeto hacia medios, a quienes en varias ocasiones les negó el acceso YA ESTANDO EN EL VENUE. Además, en está edición, entre el terrible caos, se encontraba una fila kilométrica solo para poder llegar al módulo de acreditación en donde únicamente había una computadora y tres personas atendiendo a cientos de medios, ocasionando el hartazgo de muchos de ellos.
Sobre las bandas
Los headliners y proyectos que se quedaron, lograron tocar increíble, pero no deberíamos olvidar que vender boletos a costa de cancelaciones y problemas de contrato solo hace que la industria del entretenimiento en México pierda credibilidad.
¿Qué parte es la que no entienden? ¿Qué le hace fallar tanto a esta promotora? Y pro aclaración nunca es el cartel, ni las bandas que ahí se presentan, sino la marca y como se vende Hell & Heaven Metal Fest, solo se ha convertido en sinónimo de desconfianza, charlatanería y un festival que mayormente famoso por sus fracasos no aprendidos, en fin, que se mejoren (como festival) si después de esta nefasta experiencia, todavía tienen el descaro de armar otra edición.
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