Hostile Mind es una banda que no nació para complacer, sino para sacudir. Desde 2013, esta fuerza surgida de la escena hardcore de Washington D.C. ha construido un sonido que no pide permiso: directo, ruidoso, cargado de furia política y con la convicción de que la música también puede ser un acto de resistencia. Su energía parte de un punto claro: si el mundo arde, ellos van a gritar más fuerte.

En su proyecto más reciente, Rogue, Hostile Mind demuestra que el caos también puede ser un vehículo de claridad. Peroxide, uno de los cortes más intensos del álbum, es una mezcla incendiaria de punk rock, noise y death metal. Es una canción sobre la supervivencia en condiciones extremas, un recordatorio de que incluso cuando la realidad se vuelve insoportable, existe una forma de mantenerse en pie. El sonido es abrasivo, veloz, casi desorientador, pero precisamente en ese desorden aparece la fuerza que los define.

Not The Two sostiene esa rabia con riffs densos y una interpretación vocal que no busca agradar, sino confrontar. Es el tipo de canción que se siente como un puñetazo en la mesa: firme, urgente y completamente honesta.

Y luego está No Turning Back, un himno hardcore que lleva la carga revolucionaria al frente. Con guitarras que golpean, baterías que no dejan respirar y un mensaje abiertamente anarquista, la banda reafirma que su música no es solo estética: es postura, es declaración, es desafío.

Escuchar a Hostile Mind es entrar en un territorio donde la intensidad es brújula. Una banda que no se esconde, no suaviza y no retrocede. Para quienes buscan algo real, crudo y sin filtros, su música es exactamente el lugar indicado.