Por: Karla Morales @volta_themute | Fotos: @fabozugaide
Martes 13, un día lleno de supersticiones y, dicen las malas lenguas, un día de mala o buena suerte según sea la perspectiva. Un día gris, lluvioso y algo frio, tal vez no el escenario predilecto para presentarse a un concierto, pero si el escenario idóneo para disfrutar la voz y guitarra de M. Ward.
Aproximadamente a las ocho con veinte minutos, la invitada de la noche para abrir el evento, Daniela Spalla, subió al escenario, y aunque faltaba menos de 40 minutos de la hora indicada, El Plaza Condesa lucía con poca afluencia.
Pasada las 21:!5 horas y con un foro que mejoró solo un poco su entrada, por fin aparecía en escena Matthew Ward, con sus jeans, zapatos cafés , camisa a cuadros y saco oscuro , tomó su guitarra y comenzó una primera parte de su presentación, la parte acústica donde la atención del público presente iba directo a la voz y melodía de su guitarra. Una introducción, donde demostraba con maestría lo bien que es tocando su instrumento, callaba a los asistentes para poner toda nuestra atención sobre él, después nos regaló un cuarteto de canciones, entre ellas ‘Eyes On the Prize’, ‘100 million Years’ y ‘Fuel for fire’, donde también se acompañó de su armónica para dar un toque más antaño al ambiente. Para cerrar esta primera fase, M.Ward interpretó ‘Sad Sad Song’ el primer gran momento de la noche.
Llegó al escenario su banda de acompañamiento, y rápidamente el ambiente se tornaba poco mas folk-rock, la sesión “eléctrica” comenzaba y se escuchaba ‘Poison Cup’ que despertaba algunos coros tímidos, seguía ‘Clean State’ canción que abre su último material “A Wasteland Companion” y que al mismo tiempo enchinaba la piel.
El Folk y Blues se respiraba y sentía en el lugar, y sonaban ‘Vincent O’Brien’, ‘Fool Says’ y ‘ Outta My Head’ , y en algunas pausas entre canción y canción agradecía al público con el poco español que muchos de los artistas extranjeros hablan. Se venía uno de los grandes momentos de la noche, con una introducción por parte de Ward diciendo que a continuación tocaría una canción que había hecho con algunos amigos suyos, de repente sonaron los acordes de ‘Gotta Lotta Losing’ de Monsters of Folk y el publico cantó, disfrutó y bailó la pegajosa y entrañable canción, que por supuesto causó sorpresa.
Después de ese gran momento, siguieron temas como ‘I Get Ideas’, ‘Primitive Girl’, ‘Helicopter’, ‘Me and my Shadow’ y ‘Rave On’ que llenaban con buenos ritmos los oídos de todos, folk y blues a su máxima expresión, con toques amenos de rock and roll, mas una voz rasposa que iba ad hoc con todo el contexto del día.
Una de las cosas que llamaba la atención, es que en el escenario había 2 baterías, una más sencilla que la otra, pero que al momento en que estas fueron partícipes del sonido, le daba el toque country, aunado a los coros por parte del bajista y guitarrista, hacia de esto una velada de verdad intima.
Uno de los momentos más esperados llegó cuando Ward advirtió que solo quedaban pocas canciones por tocar , agradeció nuevamente la asistencia del público, especialmente por el día con “cielos furiosos” y anunció la canción ‘Chinese Translation’, que fue una de las más coreadas por el auditorio.
‘Never had Nobody Like You’ y la gran ‘To Go Home’ sonaron antes de un pequeño encore que presagiaba la parte final del recital.
Las dos últimas canciones que M.Ward interpretó en su “prácticamente primera visita oficial a nuestro país” (según sus palabras y sin considerar la participación en el Corona Capital), fueron la pegajosa ‘Rollercoaster´ y la noche terminó con un excelente cover de ‘Roll Over Bethoven’ una pieza de Rock and Roll digna de cerrar este grandioso concierto.
En pocas palabras, la velada fue mágica, íntima y sumamente entrañable, aunque los asistentes fuimos pocos, se podría decir, que más bien fue el de una audiencia selecta capaz de admirar el trabajo y gran músico que es M. Ward, que en resumidas cuentas, es uno de los salvadores y/o conservadores de la esencia del Folk-Rock, hora y media aproximadamente envueltos en estas melodías, 25 canciones que nos hicieron sentir y que recordaremos hasta la próxima visita.