Fotos cortesía: Lulú Urdapilleta / OCESA
1995, Ciudad de México, que en ese entonces aun era el finísimo Distrito Federal, una época teñida por inconformidad política, desempleo, alto indice de crímenes y una escena artística que resiente una sociedad que quiere quitarse la venda de los ojos. Entre toda esta olla de ingredientes se juntaron cuatro amigos para tocar un rock espeso, viscoso, uno lleno de ese enojo que solo la juventud puede sentir por la sociedad en la que nació. 20 años después esos cuatro amigos se convirtieron en una de las bandas más importantes de la música mexicana, en una de las bandas que más emblemáticas y uno de los pilares en el grito de guerra de la juventud.
20 años de Molotov, 20 años de desmadre, de desprecio, de groserías, de toquines, de conciertos, de cheves, de churros, de insultar a los políticos, de hacer música de México para el mundo.
La unión del Tito Fuentes, del Micky Huidobro, el Gringo Randy y el Paco Ayala ha llegado a un punto que ninguno de los 4 creyo jamás, Molotov es hoy en día la banda mexicana por excelencia que todos los extranjeros conocen, ya que han tocado desde EUA, Alemania, Japón, Bélgica, Rusia y en un sin fín de festivales por todo el globo.
Y es por eso que este aniversario en su casa (El Palacio de los Rebotes) fue algo especial. Todo se llevó a cabo el viernes 9 de septiermbre, el Palacio de los Deportes se fue llenando poco a poco para el recibimiento de la banda y por eso de las 9 y piquito se apagaron las luces, toda la bandera se empezó a emocionar de una manera alocada y entonces Molotov salio a tocar.
“Que no te haga bobo Jacobo” fue la canción con la que iniciaron la pinche fiestota, una elección que en lo personal no me pareció al azar, ya que el momento social que esta viviendo México es especial para que la gente despierte y que mejor que hacerselos saber a el pueblo con una rola que escupe más que mierda a la televisora más grande de México que nada en este mundo.
Seguimos con “Amateur” de su disco de covers, “Con Todo Respeto” y después se alocaron con “Oleré Y Oleré Y oleré el UHU” de su álbum más actual “Agua Maldita” , pero todo tomo el calor necesario con uno de sus más grandes éxitos, “Chinga tu madre”, una rola llena de odio y vida, una rola con más poder que las bombas nucleares de Corea del Norte. La canción que hizo que la banda se pusiera a dar esos empujones, arrimones, aventar la chela y darse unos buenos madrazos en los círculos de slam que se formaban.
Las cosas salieron como debían así que siguieron con “Here We Kum”, “Lagunas Metales” y “Parasito”. La exposición de éxito tras éxito hacían que toda la gente no dejara de bailar, cantar, sudar y gritar como maniacos. Las canciones siguieron dando y dando más energía, ya sea con “Voto Latino”, “Yofo” o su cover al Tri “Perro Negro”, los espectadores respondían de una manera tan positiva y agresiva que nunca se paró de brincar ni empedar.
La fiesta se tiñó con con tintes políticos (y cómo no, si es Molotov) con la aparición de Donald Trump, sus declaraciones contra los mexicanos y su recién invitación y visita a nuestro país. Y fue cuando todos nos unimos en un mismo canto de “Frijolero“, con luces tricolor, el Palacio se volvió un bunker contra la xenofobia de ese personaje.
Las canciones siguieron lloviendo como locas, “Marciano” y su cumbiesita para hacernos bailar a todos y su cover a Queen “Rap Soda y Bohemia”. Después hubo un inter donde sonó una tonadita de estilo judío para hacernos dar patadas y querer hacer un mini moshpit y después siguieron con los temas politicos y la famosa Casa Blanca de la Gaviota y su “¿Quien Pon-Ponk?” . Obviamente tenían que cantar a fuerza un feliz cumpleaños, por sus 20, por eso se aventaron “Queremos Pastel”.
El slam explotó con “Dance and Dense Denso” y supuestamente cerraron con “Rastamandita“. Pero en cuanto se fueron toda la bola se unió en un solo coro, la palabra menos homofobica y más representativa de nuestro idioma se hizo escuchar en todos los rincones “Puto” era lo que pedíamos a gritos y a chiflidos.
En cuanto volvieron se aventaron todavía unas cuantas rolas más, como lo fueron “Changuich a la chichona” y “Matate Tete”, pero todo explotó cuando “Puto” llego a nuestros oídos. Ese momento épico cuando Molotov explotó con su canción más conocida y más querida de todas. Si para algunos “El Rey” de José Alfredo Jimenez es el segundo himno de México, “Puto” es el tercero, ya que no hay mexicano que no la disfrute.
Y es por eso que Molotov celebró de una manera que ninguna otra banda podría hacerla, Molotov la banda de la Ciudad de México, la banda que dice lo que nosotros no podemos, la banda de nuestros corazones.
