La Máquina: The Smashing Machine es una película dura, honesta y muy humana.

Desde el inicio sientes que, más allá de que estás por ver una biopic de deportes o una película deportiva más, vas a ver una cinta que se siente como un documental y un estudio de personaje acerca de las adicciones y las repercusiones de estas; también acerca de cómo levantarse tras muchos problemas. No es una película tan fácil de digerir por su carácter duro, auténtico y humano.

Dwayne Johnson sorprende por completo como Mark Kerr. No solo cambia su cara con los excelentes prostéticos de parte del equipo de maquillaje, también cambia su forma de hablar, moverse y mirar; sobre todo, su mirada aquí sí es la de un hombre roto.

Johnson se mete a fondo en la piel del legendario peleador de MMA Mark Kerr y lo hace con respeto. Ves el cansancio, el miedo, el orgullo y el amor por el deporte y el amor “tóxico” hacia su pareja Dawn (Emily Blunt). Esta es, sin exagerar, la mejor interpretación de su filmografía. Aquí no está la típica interpretación cómica y carismática del personaje de “La Roca”; aquí, auténticamente, solo tenemos a Dwayne Johnson.

La Máquina: The Smashing Machine: Una película dura, honesta y muy humana.
Fotograma cortesía de: Diamond Films.

Emily Blunt no solo está a su altura, sino que entrega una de las mejores interpretaciones del año. Las escenas más fuertes no son las que están dentro del ring; las más “viscerales” son las que están afuera del mismo, y Blunt es el corazón de la película. Sin duda alguna, a pesar del gran trabajo de Dwayne Johnson, la actriz es quien se lleva la película.

No es el personaje que es la pareja del protagonista; es alguien con auténtico carácter y una mujer que también tiene su lucha interna y sus propios demonios y adicciones. Cuando pelean, duele, y realmente son peleas reales que te mantienen en constante estrés. Hay una escena de pelea en el tercer acto que te destruye y que no solo es la mejor escena de la película: es la escena que le puede dar un Óscar a Emily Blunt. Esta escena sirve como punto clave para la deconstrucción de los personajes y el estado de su relación tóxica.

La Máquina: The Smashing Machine: Una película dura, honesta y muy humana.
Fotograma cortesía de: Diamond Films.

La dirección de Benny Safdie es acorazonada y con ojo de documentalista, como lo mencioné. Si bien hace falta la otra parte de la moneda de la dirección de su hermano Josh Safdie, logra hacer lo propio y sí es reminiscente de sus viejas películas también. No hay monólogos largos ni música que te manipule. El ritmo es directo, honesto y, si bien no es uno de los puntos fuertes de la película, es lo que aporta más estrés junto con la trama. Safdie apuesta por la verdad emocional y el corazón. Además el toque especial en la película que decidió utilizar y el grano de la misma, es algo que aporta visualmente para cualquier cinéfilo y engrandece la estética cruda y de documental de la película.

La Máquina: The Smashing Machine no intenta ser “épica” o una película de deportes que sea el parteaguas; intenta ser honesta, cruda y lo logra con creces. Una película de deportes que, en verdad, va más allá de lo típico que se suele ver en este tipo de películas y realmente el aspecto deportivo es lo que queda en segundo plano. Como se ha mencionado, al final lo humano y lo honesto es lo que sale a relucir de la película, y esa es la razón por la que no te la puedes perder en pantalla grande.

La Máquina: The Smashing Machine: Una película dura, honesta y muy humana.
Fotograma cortesía de: Diamond Films.

Le agradecemos muchísimo de nuevo a nuestros amigos de Diamond Films México por la invitación a la función de prensa y al fan event en la CDMX. La Máquina: The Smashing Machine se estrena hoy en cines y no se la pueden perder.