2017 y 2018 nos acostumbraron a tener sold outs en 2 o 3 minutos, cada concierto que se anunciaba generaba un letrero en rojo anunciando que no había más boletos. En 2019 esos casos han sido menos, por lo menos ya tenemos más tiempo para alcanzar boletos, aunque claro no todos los casos son así, LANY es uno de ellos.
LANY es una banda de Estados Unidos que pisó nuestro país apenas en 2017, esa ocasión conquistó el festival Corona Capital, el buen sabor de boca dejó encantados a los integrantes, que prometieron volver y a las personas que los conocieron esa tarde. Mas rápido de lo esperado anunciaron su primer show en solitario en el Plaza Condesa, favorito de muchos, y en Festival Pa’l Norte. Para el show de la Ciudad de México el sold out se anunciara dos meses antes de tan esperada presentación.
El 25 de marzo, lunes, parecía ser un día raro para un concierto, aun más para un lleno total pero los fans se hicieron ver en el recinto desde temprano.
Los horarios indicaban que a las 7 se abrirían las puertas así que a las 8 que comenzó Vanessa Zamora con poco mas de la mitad del recinto.
La cantante fue aceptada rápidamente, muchos ya sabían sus canciones y otros le seguían el ritmo. La interprete ha cambiado el ritmo en su ultima producción y también un poco las letras pero el romanticismo no faltó y los fans, que en su mayoría eran adolescentes, le aplaudieron a cada momento.
Al terminar Vanessa, el mood del Plaza cambió. Parecía una fiesta donde cada canción le pertenecía a algún asistente.
“Esa es mi canción”, “Amo esa canción”.
Los coros eran entonados en grupitos y el baile era imparable. Afuera muchos buscaban boletos con desesperación, la euforia era tal que ni los revendedores tenían uno solo. La espera parecía eterna y las preguntas invadían a los asistentes: ¿Con qué canción comenzaran?
A las 9:15 y después de acomodar extenuantemente el escenario, las luces se apagaron. El sonido era un eco ensordecedor de gritos, uno por uno se iban acomodando en sus instrumentos, el baterista muy a la mexicana apareció con una mascara de luchador, saltando en el escenario entró Paul Jason interpretando “Thick an Thin”.
Algo a notar es que más que una banda, pareciera que Paul es un solista, se adueña de la parte delantera del escenario, baila, brinca, guiña un ojo, toca la guitarra, el piano, canta y hasta se da tiempo de recibir regalos. Un gran frontman visto desde ese lado, en todo momento busco hablar con su publico y agradecerles la noche. Por momentos dejábamos de escucharlo, los gritos de sus fans eran más fuertes y no tenían fin.
Con cada canción, los asistentes daban un paso al frente, varias chicas salieron desmayadas, unas más aguantaban todo por no salir del inolvidable momento de ver a esta joven promesa.
Presentaron un disco que en plataformas suena un poco más tranquilo y en vivo tiene arreglos muy bailables. Contrario a lo que se pueda pensar el show de la banda cero tiene que ver con corazones rotos, si es así no se siente.
La buena vibra fluyo por hora y media, incluso los momentos mas tranquilos eran utilizados por varios de los asistentes para enviar notas de audio.
Afuera muchos fans se quedaron pegados a las puertas de El Plaza esperando escuchar y ver aunque fuera un cachito de LANY, adentro las almas vibraban al mismo tiempo y las imagenes que complementaban el show se quedaron marcadas en la mente de los asistentes.
En su primer show en solitario el trió marco un sold out que creemos en un futuro puede convertirse en una residencia, sus fans que, en su mayoría ni siquiera son mayores de edad, le auguran un gran futuro.