Desde antes de las 21:00 h, ya había un Pepsi Center abarrotado por una colorida audiencia de adultos jóvenes que bailaba con los discos de Camilo Séptimo. Justo a las 21:45 horas se apagaron las luces y los rayos reflejados por una gigantesca bola disco dejaban notar el ingreso al escenario de la banda liderada por James Murphy. La Iluminación se tornó en rojo y naranja saturado.
Los primeros beats daban pie a “You wanted a hit”. ¡LCD Soundsystem había vuelto a CDMX y a nadie parecía importarle que lo hicieran un lunes por la noche! “…No, we won’t be your babies anymore… We won’t be your babies anymore…We can’t be your babies ‘til you take us home…”. Para cuando la guitarra de Al Doyle se posesionó del tema, la audiencia era un solo ente brincando al unísono.
“Tribulations”, “I can change” y “Call the pólice” fueron los temas que siguieron en su set list. 2 pantallas por cada lado flotaban sobre los asistentes. Los encuadres variaban. Uno de los más representativos en los conciertos de LCD es la toma fija desde arriba del escenario. Estando a oscuras, el backline parecía un microchip que cobraba vida al ritmo de la música. Destacaban los efectos visuales de los 60s – 70, imágenes desfasadas, pixeleadas y saturaciones de colores.
El sintetizador de Nancy Whang dió vida a “Get innocuos!”. Los reflectores sincronizados y leds intermitentes en colores pastel irradiaban el poder de la banda sobre el público. Aunque LCD Soundsystem no sobresale por sus movimientos histriónicos en el escenario, proyectan mucha fuerza con su actitud desenfadada. Continuaron con “Daft punk is playing at my house”.
La cúspide electro punk de la noche fue cuando sonó “Movement”. En el escenario, sombras a contraluz. Posteriormente regresaron a su mood más representativo con “Yeah (crass version)”, “Someone great”, “Tonight” y “Home”.
Murphy se disculpó por no hablar español y explicó que algunos de sus colegas tenían que ir al baño por lo que, al terminar el siguiente tema, harían como que se iban, pero si el público ovacionaba lo suficiente, volverían.
Siguió uno de los momentos más emotivos con la nostálgica “New York, I love you but you’re bringing me down” en donde dejaron ver una escenografía citadina con cielo estrellado mientras todos coreaban “…And oh! Maybe mother told you true…And there’ll always be somebody there for you…And you’ll never be alone…But maybe she’s wrong and maybe I’m right…And just maybe she’s wrong…”.
Encore de 5 minutos
Regresaron con “Oh baby” primer tema que se desprende de su más reciente material discográfico (American dream) lanzado en septiembre del 2017. Iniciaron la recta final con “Emotional haircut”.
Dos acordes en un sintetizador, con una marcada pausa entre ellos, y una percusión fueron suficientes para que todos reconocieran “Dance yrself clean”. Un cencerro a contratiempo era el mayor estimulante en el lugar. Afuera, llovía. Adentro, las caderas y hombros se movían coordinadamente con el impulso del sistema nervioso de cuerpos sudorosos bajo colores cálidos. Rebelándose a la noche. Irrumpiendo la rutina citadina.
Se despidieron con “All my Friends” una de sus canciones más representativas.
El grupo estadounidense, reconocido principalmente por su dance punk, se lució con una impecable ejecución que incluía géneros como el rock, pop, ritmos latinos, dance y, evidentemente, música electrónica.
Por culpa de LCD Soundsystem, todos los que estuvieron presentes, incluido quien suscribe, tendremos que cumplir con la maldición gitana. “Quien baila en lunes, baila toda la semana”.
Texto: por @lecharre
Imágenes: César Vicuña/OCESA