La velada de ayer dio inicio con la presentación de Pato Watson con un set que hacía desentumir los músculos, pues la noche apenas comenzaba y había que guardar nuestros mejores pasos para ver a Tiga por el cual todos esperábamos con ansia. Mientras transcurría el acto de Pato la gente comenzaba a llegar al punto de reunión. Pareja tras pareja y uno que otro solitario daban aviso de que sería una fiesta muuuy larga.
Para ser muy franco el turno que continuó a Watson dejó una pequeña espina en su set, con el SALA prácticamente a su máxima capacidad y con el previo calentamiento que la mayoría había absorbido se pensaba que el dúo que estaba ya en escenario iba a subir los decibeles conforme fuera avanzando la noche, pero para nuestra desgracia nunca sucedió eso, esto fue notorio cuando un desconocido me preguntó si ya iba a salir Tiga con cierta cara de desagrado –al menos dos percibimos los mismo-. Después de todo ese denso momento Tiga apareció detrás de la presentación en directo y con una forma que podría denominar “elegante”, hizo hacerles saber que era momento de desconectar sus cosas y darle espacio al quien si iba a poner a todos a retorcerse. Y así fue, todos recibieron a Tiga con gritos, brincos y un éxtasis de emociones que cada ser ahí presente derrochaba. Quitándose su sudadera el canadiense dio a entender que esto ya había comenzado y que no iba a concluir para nada temprano, desde el primer beat que salió de la bocina todo el lugar explotó, esto se había convertido en una verdadera fiesta que no nos iba a permitir descanso alguno, conforme el dance proseguía la gente comenzaba a sentir ese calor que provoca un buen set que mientras más te hace sudar más quieres bailar.
Conforme la noche perdía horas, Tiga comenzó a tirar sus muy bien recibidos temas: “Bugatti”, “Push”, “Fever“, “Let’s Go Dancing”, uno a uno recibidos por todos en la pista con una energía que te hacía explotar hasta sentir que nuestros cuerpos se deshacían por el clímax que cada una de ellas nos provocaban.
Para dar fin a su acto, Tiga aplaudió a todos los espectadores por haber aguantado todo su desmadre, se despidió, se puso su sudadera, la cerró y partió, las parejas que llegaban una a una y menos solitarios se iban retirando del lugar. Este set que regaló fue de un nivel extraordinario, exprimió a cada uno de los asistentes todos sus pasos de baile hasta dejarlos con los pies muertos –el problema de esto es que regresé a casa caminando-.