España ha dado muchas de las grandes figuras mundiales de la escritura y la música a través del idioma castellano, mismo que ha dado fe histórica que se pueden hacer grandes canciones de rock sin ser una calca de los ingleses o los estadounidenses. Su buen rap y su excelsa literatura son también prueba del gran talento ibérico.
Pero también los españoles son amos y maestros del humor más simple, anticlimático y tontorrón. Como se dice por acá, son un tanto sopes. Y esto podría parecer un pesar para muchos, sin embargo el carácter aparentemente ligero, cuasi inocente y hasta bobo de algunos españoles funciona más como un acierto que como defecto. ¿El mejor ejemplo al respecto en términos musicales? Prácticamente todo su rock y pop ochentero.
Tras la dictadura de Franco y sobre todo a la deriva de la movida española y el punk más pasado de rosca, la creciente industria del entretenimiento acaparó con piedad todos los resquicios de cultura, burlándose de los antivalores, de los ideales y dando caramelos para los pijos, algunos afortunados otros no tantos. Hoy en día se recuerdan con cariño a Los Toreros Muertos, Olé Olé, La Orquesta Mondragón, Tino Casal en su faceta post Parchís. ¿Pero quién coño va a aceptar en México, de una vez por todas, que los Hombres G fueron un bandón con todas las de la ley? Digo, más allá de Los Blenders.
Más allá del culto y las falsas poses, a David Summers se le asocia más con la tele y las bobaliconería del pop más edulcorada, que con el rock de buena cepa. Sin embargo, su agrupación ochentera tiene mucha tela de donde cortar, que ya la quisieran muchos de los rockeros nacionales que manejan su barquito de papel con una bandera gastadísima en pos de lo que es más real.
Cierto, los Hombres G nacieron casi como una mentira, como una broma, cuando Summers se encontró con Rafa Gutiérrez en los pasillos de la tv española para trabajar como relleno en un programa llamado Aplauso. Tras añadirse el gran Daniel Mezquita y Javier Molina, la génesis de los Hombres G intentó hacerle al rollo Beatles durante un rato, hasta que el New Wave llegó a Europa para quedarse e impregnarse al sonido de los Hombres G (quienes acuñaron el nombre por una película de cine noir de los treinta, menos mal que no siguieron llamándose Los Bonitos Redford).
Desenfado, humor idiota (en el mejor de los sentidos) y un afán descarado por conquistar chavas fueron el norte principal de los Hombres G, una banda que a la distancia no suenan tan inocentemente pop como pareciera, y que pese a que confeccionaron una música olvidable en su mayoría, para hacer dinero y llenar auditorios, a veces le metían caña con algunos resultados dignos de mención. Aquí algunos de ellos. Ojalá le hubieran parado antes de que iniciaran los noventa.
1. Humor
Políticamente incorrectos, torpes en su estructura, pero qué demonios eran los ochenta y se valía de todo, desde traer el culo como un mandril, recuperar el pelo, matar a Fidel Castro o ser Lawrence de Arabia, o lo que es lo mismo ser un “todas mías” del desierto.
2. Maestros de la zona del amigo
Pocos han sido rechazados, escupidos y vapuleados sin quebrarse, manteniéndose estoicos ante el amor, como los hombres G.
3. Son más punks que los punkitos
En su película Sufre mamón (1987), unos incipientes Hombres G añaden a sus filas a un punk tipo La Polla Records y Eskorbuto, quien siempre está empujando al grupo a dejar de ser fresas y darle recio al rock mugroso. Sin embargo, el tipo pelos parados es un pesado y no pueden echarlo así sin más. ¿La respuesta? Punkear al punk cortándole las cuerdas a su bajo. Una mala pasada que en la película tiene más onda de la que en la vida real llegaron a tener los de Madrid. En esta cinta podemos apreciar que pudimos tener un Three Imaginary Boys a la española, pero…. la pasta, primo.
https://www.youtube.com/watch?v=QCmobE9fuDs
4. Se la montan suave
Ni Los Planetas con “Un buen día” y “Cumpleaños total” tienen letras tan jocosas e inocentes sobre la fiesta y sus efectos, en un efecto padre de melancolía y diversión. Ay wey.
5. Orgullo ibérico
Pese a todos los sinsabores del reencuentro nostálgico para señoras mexicanas, el desgaste mediático y las rolas ecologistas, la libertad en pos del ridículo queda para la posteridad.
Los Hombres G vienen por su revancha para dar macanazos a un público muy de deveras el próximo domingo 19 de marzo en el festival Vive Latino 2017. Favor de sufrir a lo mamón.