Fotos: Óscar Villanueva / Cortesía
Anoche hubo un suceso astronómico que pocas veces podremos ver. Cuando Love of lesbian nos regaló la oda musical “El poeta Halley” nos sentimos extasiados al escuchar esa narrativa y estética que parte de éste. La banda originaria de Barcelona nos cumplió la promesa, dijeron que regresarían cuando sacaran un nuevo álbum y vaya álbum. La Ciudad de México abre la gira del Poeta Halley con un sold out. “Aquí hay maderas” – dijo Santi al inicio del concierto observando el apoyo que el público brindaba.
Estos españoles no decepcionaron en ningún momento a sus fans que correspondieron todo el cariño y amor que emanó del escenario. Fue un concierto emotivo, alegre, incluso ciertos comentarios de Santi nos hicieron reír. Y es que esa es una característica perfecta de un músico: interactuar con el público, acoger todo lo que se puede de él y devolverlo en una presentación única.
Esas historias que conllevaban a una canción, los brincos y ademanes de Santi, las historias de Jordi, la firmeza en el escenario y las emotivas palabras de Julián, la calma de Oriol y el espíritu de Joan nos dieron un concierto inolvidable. Abriendo con “Cuando no me ves” estalló el Plaza para proseguir con “Bajo el volcán” poniendo a unos tantos emotivos, otros eufóricos pero logrando un inicio perfecto.
Love Of Lesbian ofrece un amplio repertorio de fantasía y contradicción, fueron dos horas y media de temas con puntos de origen muy particulares de cada uno.“Planeador” nos conmovió tanto y más cuando el vocalista levanto con regocijo un avión de papel del suelo que un fan le lanzó.“Sabemos que nuestra música no es para todos, que sólo llega a la inmensa minoría”, dijo.
Love Of Lesbian es una suma de caracteres que resolvió encuentros de contrarios. El choque de dos fuerzas entre el huracán y el volcán, el deseo que huye de la torre de control, el contraste entre alma y carne, el odio y amor hacia las personas, el sí y el no. Es sobre este perpetuo dúo que se asoma la verdadera ambigüedad, la dualidad perfecta: los dos polos de uno mismo.
El Poeta Halley se deslizo sobre el Plaza en una atmósfera de sintetizadores y teclados dibujando un camino hacia el pasado de la banda con temas como “Allí donde solíamos gritar”, “Noches Reversibles” y “1999”. Ese camino fue guiado por la dulce melodía de las guitarras emotivas de “Segundo Asalto”, “Incendios de Nieve”, “Domingo Astromantico”, “Océanos de sed” y “Maniobras de escapismo”.
“Música de Ascensores” hizo vibrar las percusiones volviendonos personajes del show. Al tiempo que se acercaba el final, sonando “Psiconautas” y “Si tú dices Ben yo digo Affleck” nos pusimos a bailar para preparar la despedida. Fue en “Club de Fans de John Boy” seguida de “Algunas Plantas” que dijimos adiós, después de ser bañados de tequila por Santi, claro sin dejar de lado los shots. La banda regreso para regalar una última canción, el poeta Halley se despidió finalmente con su ciclo lunar. Retumbando en nuestra maravillosa ciudad, nos quedamos con más ganas de verlos pronto.
