Ya solo falta Corona Capital, Tropico, Catrina y ya se acabó el año, sin contar todos los conciertos en estos meses que vendrán a alegrar nuestra vida.
Pero dado que no todo es música, decidimos mostrarte lugares que tienes que visitar en esta bella época en que los difuntos dejan su descanso para venir a molestar a los mortales.
Lugares embrujados
En México respetamos a la muerte, la queremos y hasta nos burlamos de ella, muchas veces vienen personas extranjeras a admirar esta parte de nuestra cultura que no se da en todo el mundo y nos da una identidad mas fuerte, pero déjanos contarte que no todo es la llorona y la isla de las muñecas.
Callejón del diablo en Mixcoac
Parece un callejón cualquiera, de esos que existen por toda la ciudad, cuentan que al entrar una figura no te deja pasar y te lleva con el, podría ser el velador que todos escuchan y nadie conoce, podría ser el diablo. La dirección exacta del lugar es: Callejón Del Diablo, Insurgentes Mixcoac.
Tlalpan y la Piedra Encantada/La piedra del diablo
En Fuentes Brotantes, en la delegación Tlalpan, cuentan una leyenda de que a mitad del arroyo hay una piedra que desaparece en fechas especificas, en su lugar aparece una cueva que atrae a propios y extraños, aquellos que entren quedaran encerrados en una especia de caverna, para siempre.
La casa de Don Juan Manuel
¿Eres una persona celosa? ¿Tanto como para vender tu alma al diablo? Pues cuentan que Don Juan Manuel vendió su alma al diablo en esta casa en la calle de Uruguay, para enterarse si su mujer lo engañaba, ahora sale por las noches a preguntar la hora que es, si llegas a toparte con el te recomendamos no le des respuesta ya que su respuesta es:
Dichoso aquel que sabe la hora de su muerte
La casa de la Tia Toña
Se cuenta que en esta casa vivía Toña, una mujer muy solitaria y adinerada que decidió compartir su fortuna con niños en situación de calle, a quienes acogió en su casa. Sin embargo, no salió bien, pues sus inquilinos eran muy malos con ella. En su desesperación, la mujer los mató y los aventó a un río para no dejar evidencias. Algunas personas dicen que es imposible acercarse a su casa, pues el fantasma de Toña sigue acechando la zona.
La calle de la quemada
Beatriz era una mujer muy bella con muchos pretendientes, pero uno más intenso que todos: Martín de Scópoli, un marqués italiano que asesinaba a todos los que se acercaban a ella. Para que su pretendiente dejara de matar a sus enamorados, Beatriz decidió quemarse el rostro para desfigurarlo, pero, según la leyenda, el marqués siguió amándola. Esta calle es actualmente Jesús María.