Por Emilio Ocelotl
Hablar de música y tecnología podría parecer una empresa compleja. Los medios de reproducción de los productos musicales que se generan a nivel global nos han permitido tener acercamientos cada vez más estrechos e inmediatos, a propuestas que no podríamos llegar a conocer si no fuera por el contexto de la globalización.
Este fenómeno nos ha facilitado el acceso al conocimiento de las tendencias en cuanto a música y nuevos medios en otras latitudes se refiere. El caso del festival Mutek se encuentra suscrito en este proceso. A lo largo de 10 años hemos visto desfilar en él, a toda una serie de propuestas que han enriquecido la oferta de conciertos en México, al punto de convertirse en uno de los referentes en cuanto a festivales que tratan la relación entre tecnología y música.
Sin embargo, ¿Qué pasa cuando los medios de producción musical también generan tendencias en otras latitudes que no solamente atañen a los festivales más reconocidos? Actualmente existen un sinfín de escenas que traspasan las barreras nacionales y que centran su interés en la creación musical con ciertos medios y estrategias en particular. Tal es el caso de la utilización de lenguajes de programación con fines estéticos.
Al pie: Rorschach Tres, colectivo guanajuatense que ha tenido participaciones en: /*vivo*/ Simposio Internacional de Música y Código y Live Performers Meeting.
La programación como una práctica artística tiene por objetivo la manipulación de sonido, imagen o hardware para generar un resultado que parte la lógica de los lenguajes de programación. Esto quiere decir que es posible utilizar funciones y algoritmos matemáticos que controlan comportamientos específicos. Algunos de los programas que se utilizan son: SuperCollider, Processing, OpenFrameWorks, PureData, Max entre otros. Si bien la curva de aprendizaje es mayor con relación a programas de interfaz gráfica, el control sobre el resultado sonoro, en el caso de la relación código-música, posibilita la generación de resultados que van desde la música electrónica secuenciada hasta la composición electroacústica.
Al pie: Colectivo Colectivo #FFFF Conformado por Dora Bartilotti, Ropo De León, Citlali Hernández, Amaranta Verdugo.
Iniciativas como TOPLAP son un punto de partida para el acercamiento a lo que es la creación artística con lenguajes de programación. Esta organización centra su interés en la difusión de la actividad de una práctica en particular: Live Coding. La práctica de la programación al vuelo implica la modificación en tiempo real de funciones matemáticas expresadas a través del código. Recientemente, esta actividad ha generado una comunidad activa, conciertos y actividades académicas. Desde la plataforma del Taller de Audio del Centro Multimedia del CENART, se impulsa el Simposio Internacional de Música y Código /*vivo*/
Al pie: Uno de los proyectos más representativos del Live Coding en México es Micorex, dúo mexicano conformado por Ernesto Romero y Jorge Ramírez.
La exploración del código como tecnología creativa ha abierto un nodo que se inserta en el contexto de las redes. Protocolos de comunicación expresamente desarrollados para la manipulación de sonido en una red de computadoras, permiten la interpretación en equipo y a distancia a través de internet. Esto también ha generado agrupaciones que tocan en red, tanto en espacios que se comparten copresencialmente como en lugares diferentes.
Al pie: LiveCodeNet Ensamble. Conformado por, Libertad FIgueroa, Eduardo Libertad Figueroa, Eduardo H. Obieta, Emilio Ocelotl, José Carlos Hasbun y Hernani Villaseñor. CCD
La idea de red es fundamental para entender la manera en la que opera este fenómeno: Existe una estrecha relación entre desarrolladores, usuarios, músicos e investigadores, lo cual genera una comunidad que se refresca constantemente. Si bien estas propuestas no compiten en términos de difusión con los grandes músicos y festivales de corte internacional, es importante echar un vistazo a esa escena que poco a poco deja de lado la idea de la habilidad técnica por sí misma para darle preponderancia a un resultado audiovisual atractivo.
Por otro lado, la programación también tiene una influencia importante en las manifestaciones del arte digital a gran escala. Basta echar un vistazo a la obra de Daito Manabe para observar la compleja relación que guarda la interrelación entre sonido, imagen, software y hardware, que es posible realizar a partir de las plataformas de programación antes mencionadas.
En el contexto tanto de los grandes festivales como de las propuestas emergentes locales, hoy en día las presentaciones multimedia van más allá del acoplamiento audiovisual DJ/VJ. Instalaciones, proyecciones de mapping en tiempo real, interfaces cada vez más complejas y especializadas son algunos de los resultados que guardan estrecha relación con el código como tecnología.