¿Qué pasa cuando tienes una generación de jóvenes marginados por la sociedad y que rara vez se sienten cómodos consigo mismos? La respuesta muchas veces la podemos encontrar en el arte, pues este a través de sus múltiples manifestaciones (sonoras, pictóricas, plásticas, fotográficas y visuales) se convierte en un refugio para aquellos que buscan un lugar seguro y exento de críticas.
Por esta razón, no es de sorprender que muchas personas encuentren en la música un espacio para poder expresarse, y es que al ser un arte tan polifacético, dentro de ella hay cabida para todo tipo de sentimientos, desde la felicidad, el amor y la dicha, hasta el enojo la depresión y la apatía. Por ello, hoy ahondaremos más en cómo estos sentimientos nihilistas propiciaron el origen de un género musical que marcaría a una generación por completo: Hablemos hoy del grunge
Nihilismo, marginación y underground ¿Cómo el grunge retrató a una generación apática?
El grunge fue un género musical que tuvo sus orígenes a finales de la década de los 80’s y que en comparación con otros géneros tuvo un periodo de vida bastante corto, teniendo su final y su máximo apogeo en la década de los 90’s. Algunos dirían que el surgimiento de este subgénero era algo inevitable, pues en realidad se formó como una contraposición a la música comercial de ese entonces que en su mayoría era glam rock y pop.
Este deseo de no seguir a las masas y de apostar un poco más por lo underground provocó que se formara un movimiento cultural en la ciudad de Seattle, Washington, en donde comenzaron a surgir una serie de bandas que si bien sí compartían algunos influencias con el punk y el rock de la época, empezaron a buscar su propio estilo característico mediante el uso de un sonido más repleto de distorsión en las guitarras.
Poco a poco el grunge despuntó dentro de la escena norteamericana, pues gran parte del atractivo de estas bandas fue que presentaban algo diferente a la música mainstream de la época, eran grupos que no sonaban en las grandes cadenas de radio ni aparecían en televisión cantando, por el contrario, era música alternativa en todo el sentido de la palabra.
Otro atributo que también hizo que el grunge tuviera éxito dentro de la escena fue que muchas de las bandas de este movimiento escribían letras que invitaban a la reflexión social y tocaban temas como la depresión, la comercialización y el mercantilismo, la apatía y la tristeza, entre otros, en pocas palabras era el cúmulo de factores perfecto para que todas las personas que se sentían marginadas pudieran identificarse con un movimiento.
De lo underground a lo mainstream
Una vez sentadas las bases del género en los 80’s, a principios de los 90’s ocurrió lo inevitable, como diría Obi-Wan en el episodio III de Star Wars, el género se convirtió en aquello que juró destruir, pues cada vez más personas se interesaban en el género, convirtiendo lo underground en mainstream (como ocurrió con los discos de Nevermind de Nirvana, Ten de Pearl Jam y Badmotofinger de Soundgarden) esto popularizó más el género internacionalmente y volteó los reflectores hacia la ciudad de Seattle.
Aunque para la mitad de la década de los 90’s el género ya contaba con los que serían sus más grandes exponentes (como Green River, Nirvana, Soundgarden, Pearl Jam, Alice in Chains y demás) casi ningún músico se identificaba con el término “grunge”, pues la palabra provenía de un vocablo inglés que se traduciría como “sucio” al español (haciendo referencia al sonido distorsionado y la estética desaliñada que caracterizaba al género).
La caída del grunge
Sin embargo, todo principio tienen un fin, y el grunge encontró el suyo justo en la segunda mitad de la década de los 90’s cuando sucesos como el suicidio de Kurt Cobain, la separación de Soundgarden, los problemas de adicción de Layne Staley y la disputa entre ticketmaster y Pearl Jam dieron la estocada final al género y dejando la popularidad del grunge atrás.
La importancia del grunge trascendió más allá de las décadas de los 80’s y 90’s (sin mencionar que en la actualidad muchas de esas bandas siguen activas), fue un movimiento cultural que desembocó en la adopción de un pensamiento y una estética que aún hoy en día permea en muchos de nosotros (a pesar de tener más de 30 años de creación) pues es inevitable negar que todos tenemos un poco de grunge en nuestro interior.