El surrealismo fue un movimiento literario y artístico que surgió en Francia a finales de la Primera Guerra Mundial, la cual buscaba trascender de lo real a lo onírico. Una digna representante de esta corriente es Leonora Carrington, pintora y escritora que nació el 6 de abril de 1917 en Lancashire, Inglaterra, sus obras mostraron una realidad oscura y difícil de interpretar, es por ello que aquí te dejamos algunas obras para entender su arte.
Estas son algunas obras para entender a Leonora Carrington
La posada del caballo del alba (autorretrato, 1937-1938)
Tenía 20 años cuando Carrington pintó este cuadro en el que vemos a la artista sentada en medio de una habitación casi vacía, vestida con unos pantalones de montar y unos botines victorianos de tacón. Detrás de la artista está un caballo que vuela hacia la ventana, el cual representa su alter ego, ya que era amante de los equinos y se identificaba con ellos. Asimismo, plasmó una hiena lactante, símbolo de fertilidad, pero también es la protagonista de su cuento “La debutante”, escrito por aquellos tiempos.
Arte 110 (1942)
En 1942, Carrington junto con su esposo Renato Leduc, llegaron a México, fue este el primer cuadro el que pintó en tierras chilangas, en donde muestra a una mujer/sirena trasladándose por los aires de un mundo a otro, de una realidad a otra. El caballo que trae al lomo, vuelve a funcionar como su alter ego, un animal que, aunque domesticado conserva su rebeldía innata.
La casa de enfrente (1945)
La artista siempre se inspiró en los relatos de Lewis Carrol o Jonathan Swift, además de que acostumbraba pintar en su cocina. Carrington muestra en La casa de enfrente a la mesa como un altar y la cocina como un templo o recinto donde la magia se hace posible y como característica de su obra, los seres híbridos son parte de esta pintura
La giganta (1946)
La giganta fue un encargo de su amigo Edward James, la pintura es protagonizada por una diosa con cara de luna y pelo de trigal, vestida con un manto rojo a petición de su paisano. Se aprecia un fondo marino con criaturas fantásticas y entre sus manos, el personaje sostiene delicadamente un huevo, objeto que diversas mitologías han relacionado con el origen del mundo.
La cuna (1949)
En colaboración con José Horna, un artista español exiliado de la guerra civil, Carrington pintó esta cuna para la hija de José y su amiga Kati Horna, llamada Nora. Este representa el nacimiento y crecimiento de la niña, con un barco en el que pintó escenas fantásticas de los cuentos de hadas, asimismo, se ve una figura femenina pálida en un carruaje guiadas por una estrella. Una vez más aparece el huevo con un árbol en la cima. También muestra una secuencia de lunas en todas sus fases, lo que conecta el barco con el mar y sus ciclos.
Tres mujeres y cuervos en la mesa (1951)
Su obra siempre están presentes elementos de cuentos de hadas como castillos, mansiones y actos de brujerías, este último está plasmado en este cuadro en el que vemos a tres brujas que celebran un banquete/ritual, sentadas alrededor de una mesa, mientras que al fondo se encuentra a la vista de un grupo de cuervos, animal tradicionalmente relacionado con la brujería. Es importante destacar que Carrington y sus dos amigas más íntimas, Remedios Varo y Kati Horna, les atraía la hechicería e investigaban recetas alquímicas.
El mundo mágico de los Mayas (1984)
Carrington refleja la fascinación hacia los pueblos originarios con esta pintura, donde combinan imágenes provenientes del Popol Vuh, libro sagrado de los antiguos mayas quiches, asimismo, la obra representa los tres reinos del mundo Maya: el inframundo o Katibak, la tierra y el cielo donde habita divinidades. Cabe destacar que este mural fue realizado por encargo para decorar la sala maya del Museo Nacional de Antropología, el cual se encontraba en construcción.