En muchas culturas mesoamericanas, las pirámides no eran solo monumentos. Eran lugares de conexión: desde sus escalones se ascendía hacia los dioses, pero también se descendía hacia el mundo de los muertos. Esa idea de cruce entre planos y tránsito (de lo visible y lo invisible, lo físico y lo simbólico)— parece tener influencia en la nueva imagen de Hipnosis 2025, que este año coincide con las fechas del Día de Muertos. por lo que convierte ese simbolismo en un lenguaje visual que se adapta perfecto a nuestros tiempos: una pirámide suspendida en un entorno digital donde los verdes neón y los violetas eléctricos sustituyen a la piedra y al fuego ritual.

Psicodelia y arte digital: Hablemos del flyer del Hipnosis 2025

Observando la composición, podemos notar que se sostiene sobre un principio de equilibrio geométrico y contraste lumínico. No hay ornamentación gratuita; cada elemento cumple una función dentro del sistema visual. El uso de una paleta neón no busca llamar la atención, sino reinterpretar el trance psicodélico desde la óptica tecnológica que traslada la idea de trance y expansión de conciencia al terreno de lo contemporáneo. Los degradados, el resplandor artificial y la simetría del diseño sugieren un espacio en el que lo ancestral y lo tecnológico coexisten, se integran en un mismo plano. El resultado es una pieza más cercana al arte conceptual que al afiche musical tradicional.

Hipnosis 2025: entre la geometría mesoamericana y la psicodelia digital

La elección de la pirámide como eje central introduce un símbolo profundamente ligado a la cultura mexicana. Más allá de su lectura espiritual o esotérica, remite a una arquitectura pensada para conectar.

A diferencia de los carteles psicodélicos clásicos, llenos de líneas torcidas y explosiones de color, el diseño de Hipnosis 2025 opta por una estética más limpia y controlada. La psicodelia aquí no busca desbordar los sentidos, sino mantenerte en un estado de concentración, como si estuvieras frente a una imagen que vibra sin moverse y que si lo pensamos bien, podría ser una forma distinta de provocar el mismo efecto hipnótico que la música del festival: llevarte a otro lugar sin que te des cuenta.

Y es que el Hipnosis siempre ha sido un espacio donde lo sonoro se convierte en experiencia. Este año, el cartel visual y el lineup parecen responder a una misma pregunta: ¿qué significa “psicodélico” en 2025? Ya no se trata solo de guitarras con delay o de colores distorsionados. Se trata de cruzar fronteras sensoriales, de usar la tecnología y la memoria para explorar otros estados de percepción.

La geometría es hipnotica

En lugar de reproducir los patrones psicodélicos de los sesenta, con esos colores saturados y formas fluidas, al apostar por geometría y precisión, la psicodelia ya no se plantea como una explosión de estímulos, sino como un sistema de orden visual que produce el mismo efecto hipnótico desde la contención.

La pirámide al centro del cartel es, en ese sentido, una especie de portal que refleja un cambio de paradigma dentro del género. En el contexto del Día de Muertos, puede leerse como un puente entre el ruido y el silencio, entre el pasado y el presente. Lo interesante es cómo logra transmitir esa carga simbólica sin recurrir a lo obvio. No hay calaveras, flores de cempasúchil o referencias literales; hay una reinterpretación más sobria, más contemporánea, pero igual de espiritual.

Esa decisión se alinea con la curaduría del cartel musical: nombres históricos como Pavement o Dinosaur Jr. conviven con propuestas más atmosféricas o experimentales como Crumb, Deafheaven y Molchat Doma. La relación entre sonido e imagen es evidente: lo analógico y lo digital, lo ritual y lo técnico, lo local y lo global.

Y es ahí donde el cartel acierta: no imita, interpreta. Lo mesoamericano aparece como una presencia, no como decoración. Lo digital no anula lo ritual, sino que lo amplifica. Así, el cartel de Hipnosis 2025 no solo anuncia un festival, sino que propone una forma de mirar y escuchar: entender que la psicodelia también puede venir del orden, de la luz y del silencio entre los sonidos. mirar hacia el futuro sin perder de vista las formas del pasado.

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