Por Arqueles Estrada
Cuando uno comienza a mezclar la filosofía con la industria de la música pop, las cosas se ponen raras. En primer lugar, porque hablar de este género es abarcar todo tipo de música, desde el country hasta el hip-hop. En segundo, porque cuando hablamos de pop generalmente decimos que es una industria musical demasiado superficial, que está más interesada en crear consumidores y ganar discos de platino que en darle calidad al público, cosa que iría contra los principios de alguien con un poquito de buen gusto y conciencia.
Tenemos un Justin Bieber muy entrado en sustancias y una Miley Cyrus en pleno estado de liberación sexual que nos muestran cómo el género nacido a mediados del siglo XX está en plena decadencia. Luego tenemos a los “revolucionarios del pop” como el buen Kanye West y la querida Lady Gaga, los cuales se autodenominan como grandes figuras de la vanguardia en la industria del entretenimiento. ¿De verdad que te vomiten pintura encima, y salir medio desnuda es lo más creativo que se puede hacer en estos tiempos?
La música siempre habla del tiempo y el espacio en que fue hecha, pero ahora existe un miedo tremendo por aceptar que lo que cabe dentro de la clasificación pop pueda tomarse en serio, y que efectivamente hable de su realidad. ¿Podemos decir que el pop es una forma de hablar del hombre actual y que además es revolucionario?
Para defender este punto, tenemos a Thom Yorke y compañía. No argumentaré a favor del valor artístico de su música y sus letras, sino poniendo sobre la mesa eso que los chicos de Radiohead han sabido hacer a través de los años.
El rock cabe dentro del pop. Sin embargo, se distingue por haber nacido y ser la defensa continua de la libertad. Ha sido una forma de rebeldía que apoya al joven sobre el viejo, que ha buscado soltar a la gente de muchas cadenas que el sistema le ha impuesto.
El tipo de rock que Radiohead hace no es tan común porque reconoce la verdad, pero habla también de sus obstáculos, del miedo latente a vivir. Todos nos vamos a morir, todos tenemos demonios internos, todos estamos hartos del ruido que hace el vecino de arriba; queremos ganar un poco de poder para vengarnos de él, como en Paranoid Android:
Please, could you stop the noise?
I’m trying to get some rest (…)
When I am King, you will be first
You will be firs agains the wall (..)
Off with his head, man.
Igualmente, estamos rodeados de un desastre. La gente, la contaminación, el exceso de información en tele, radio e internet… Nos estamos volviendo locos, somos como un avión que está dando de vueltas en picada a punto de chocar. La violencia no nos llega en golpes, sino por medio de la información que recibimos. Vemos películas con grandes choques y explosiones.
¿Qué onda con el tipo del video Just? Está tirado en la calle porque está harto, quiere que lo dejen en paz. Es porque ya no soporta tanto ruido en su cabeza. Quiere largarse de aquí:
“I want to be someone else or I’ll explode” (Talk Show Host)
Ante tanto estrés y ansiedad, ¿qué nos queda? Muchos dirán que hay que armar la revolución, para cambiar el sistema y terminar con tanta locura. Pero si recordamos que la revolución sigue un ideal, algo que creemos que existe en realidad, Thom Yorke nos dice:
Just cause you feel it doesn’t mean it’s there (There There)
La advertencia es bien clara: “no creas en todo lo que sientes, ni en todo lo que te dicen, puede que no sea verdad”
¿Cuál es entonces la propuesta de Radiohead, si no creen en los ideales? El desafío, la resistencia, el aguantar los madrazos para aprender que uno mismo decide. En este sentido, la música pop nos sirve para algo que no es la revolución, sino la estimulación o el recuerdo de algún sentimiento, de algún deseo o inquietud que hemos tenido. Radiohead nos hace recordar que tenemos una voz interior, privada, la cual nos puede aconsejar que salgamos del estrés que nos rodea.
Como dice Deleuze en su texto Sobre el ritornelo, cuando un niño tiene miedo durante la noche canta una canción para calmarse, para tener una burbuja que lo proteja de los monstruos. Simple y sencillo: Ponte tus audífonos y ponle una barrera al estrés.