Suele pasar que a veces, dígase un género, movimiento o tendencia musical puede llegar a “devorar” a su propio impulsor, aquel que descubre la piedra angular que abre las puertas para que tras de sí, una cantidad de artistas repliquen o perfeccionen la fórmula hasta ese momento novedosa, casi intacta y después volverla parte de un todo, condenando a la mente innovadora que dió origen a sucumbir aplastada por su propio descubrimiento. A veces, solo a veces.
Tras seis años de aparente silencio, la compositora norteamericana Santigold ha regresado y lo ha hecho, entregando un material que sigue siendo fiel a su esencia desafiante, vanguardista, con tendencia al eclecticismo. Santi White: el talento detrás de este proyecto, ha dejado claro con su nuevo lanzamiento que aún hay mucha tela de donde cortar y ese ingenio que en su momento dio pie a una nueva generación de músicos experimentales amantes de sonidos indie-electro pop irreverentes, una vez más podría colocarse a la cabeza de un género que ayudó a crear y a la fecha sigue mutando.
Con excelentes colaboraciones por parte de otras figuras de importancia como Boys Noize, Illangelo, Aaron Jerome (Sbtrkt), Rostam Batmanglij (miembro fundador de Vampire Weekend), Psymun, etc. La compositora armó un gran retorno que implicó un reacomodo emocional y personal de grandes proporciones.
“Spirituals”, se trata del primer álbum de estudio, que sucede al “99¢” del 2016, del que ya se podía preveer su calidad, luego del lanzamiento de cuatro de los temas que conformarían el corte “High Priestess”, “Ain’t Ready”, “Nothing” y “Shake” La nueva entrega que, como ha ocurrido con muchos otros lanzamientos discográficos de los últimos años, fue un proceso que tuvo lugar y adquirió forma durante la pandemia, donde si bien, el encierro, la distancia y el aislamiento, nos afectaría de manera distinta, en el caso de los artistas, estas alteraciones serían abordadas desde sus diversos contextos en sus más recientes producciones, al menos con la mayoría.
Spirituals es un monólogo interno de lucha contra uno mismo a partir del trauma y la alienación, en este disco se puede percibir el lado más personal y vulnerable de Santigold
El titulo del álbum, es tomado del Negro Spirituals, un género de música cristiana negra, que emergió producto de la reclusión, el cautiverio y la esclavitud a la que estaba sometida la población africo- americana, durante el comercio de esclavos del siglo XVII. Un concepto que es reinterpretado por la compositora, pues previo a la creación de Spirituals, Santigold enfrentaba la extenuante labor de crianza de sus hijos, aunado al confinamiento, la incertidumbre del futuro y un incapacitante bloqueo creativo del que afortunadamente pudo recuperarse y posteriormente, canalizar todo aquello dentro de este material.
Temas como My Horror, Ushers of the New World, Witness, Nothing, Ain’t Ready retratan pasajes mentales de agotamiento, alienación, invisibilización y cargas existenciales al borde del colapso, mientras que poco menos de la otra mitad del disco, se enfoca en la aceptación que jamás se auto compadece, sino que se torna hasta cierto punto como un reto a sortear, dando pie a la lucha, impulsando la esperanza de un mejor porvenir.
Los pulsos tan marcados con los que abre el álbum, en fusión con atmósferas sonoras tropicales minimalistas, se vuelven el gancho principal que obliga a seguir escuchando y que si bien, con el avance del mismo, estos se van diluyendo, son los arreglos tan cuidadosamente hechos, presentes en poco más de media hora que dura el disco, que mezcla un space pop atrevido, hip-hop con matices reggae, dancehall y hasta trap, conformando un experimento que conjuga, como siempre, sonidos frescos, voces punk y guiños al pasado mediante pequeños glitches sonoros, haciendo así de Spirituals un producto que no decepciona y conserva el sello distintivo al que estamos tan acostumbrados con Santi. Una necesaria dosis de eclecticismo anacrónico de calidad, algo para nada raro en ella, que marca un brutal regreso más que esperado. Enhorabuena.