Comiencen por donde comiencen su música, es imposible ignorar la imagen: un remolino de maquillaje blanco de payaso, trajes de droog inspirados en A Clockwork Orange y un arsenal de naipes, confeti y balones de playa. The Adicts no son simplemente una banda; son un fenómeno cultural que transformó la rabia sombría del punk británico en un caos circense ineludible. Desde su formación a finales de los 70 en Ipswich, esta banda, liderada por el eterno Monkey (Keith Warren), se ha labrado una trayectoria única, probando que el espíritu DIY y la fiesta pueden coexistir con la actitud punk.

The Adicts: La melodía detrás de la máscara

Inicialmente conocidos como The Pinz, la metamorfosis a The Adicts no fue solo un cambio de nombre, sino la consolidación de una identidad visual que se convertiría en su sello. Hablamos de una época donde el punk de segunda ola (UK82) se inclinaba hacia la oscuridad y la política, sin embargo, The Adicts se distinguieron por una propuesta sonora radicalmente diferente.

Sus álbumes seminales, como Songs of Praise (1981) y, especialmente, Sound of Music (1982), revelaron un sonido mucho más melódico y alegre que sus contemporáneos. Canciones como “Chinese Takeaway” y la icónica “Viva La Revolution” son rápidas, pegadizas y rebosan de melodías pop que contradicen su aspecto amenazante. Esta fusión, que muchos llamarían pop-punk antes de que el subgénero fuera moda, fue crucial. Demostraron que la energía desenfrenada y la subversión podían vestirse de fiesta extravagante.

Un factor crucial en su legado es su resiliencia. A lo largo de décadas, con pausas intermitentes pero siempre regresando con vigor, The Adicts han mantenido casi intacta su formación original. Esta longevidad, que abarca cinco décadas, nos habla de una química inquebrantable y una dedicación a su espectáculo que va más allá de cualquier moda pasajera, manteniéndose siempre fieles a su esencia.

El punk como celebración anárquica

Su enfoque abrió una puerta fundamental: la validación de que el punk podía ser divertido, visual y extravagante sin perder su filo subversivo. Su influencia se percibe en cualquier banda que utilice el vestuario y la escenografía como parte esencial de su arte. The Adicts nos enseñaron que la rebelión no tiene por qué ser solemne; que es una celebración de la individualidad.

El himno “Viva La Revolution” encapsula su filosofía a la perfección. No es un llamado a una revuelta política tradicional, sino a una revolución personal: el desafío a la norma a través de la alegría, la libertad y el color. The Adicts son el recordatorio viviente de que el espíritu punk consiste, en última instancia, en la libertad absoluta de ser uno mismo, con o sin maquillaje de payaso.

El payaso se retira, la revolución permanec

Tras casi cincuenta años de caos organizado y melodías contagiosas, The Adicts han decidido bajar el telón de su espectáculo con su gira de despedida, la “Viva la Revolution! Tour – Adiós Amigos”. Este tour final no es solo una serie de conciertos, sino la ceremonia del adiós de una de las bandas más icónicas y longevas del punk mundial.

El 10 de octubre de 2025, la Ciudad de México serán parte de este momento histórico, la despedida definitiva de The Adicts llegará a el Foro Velódromo, el escenario donde los fans mexicanos podrán celebrar por última vez a un grupo que convirtió cada concierto en una fiesta irreverente y explosiva

The Adicts: El punk como celebración anárquica
A esta noche histórica se suman como invitados especiales MESS y Bloody Benders, quienes encenderán el escenario y harán de este show un evento aún más explosivo e inolvidable.

Los accesos están disponibles a través de Superboletos y en las taquillas del Foro Velódromo, con un precio de $1,035.00 MXN. La expectativa es alta, pues este concierto marcará la última oportunidad para vivir en vivo la experiencia única de The Adicts en México.