Stephen “Thundercat” Bruner es mucho más que un virtuoso del bajo: es un narrador de su propia vulnerabilidad. Criado en una familia musical, debutó en solitario con The Golden Age of Apocalypse (2011), influido por el jazz-fusión de los años 70. Su segundo álbum, Apocalypse (2013), fue un homenaje a su amigo el pianista Austin Peralta, fallecido prematuramente, una pérdida que marcó profundamente su obra desde entonces. 

Su devoción por su gato, Turbo Tron Over 9000 Baby Jesus Sally (o simplemente Tron), se tradujo en himnos como “Tron Song” (2013) y la suite “A Fan’s Mail (Tron Song Suite II)” (2017), donde declara: “Don’t you ever leave me Turbo Tron” y celebra la libertad felina diciendo “It’s cool to be a cat”. Este peculiar homenaje refleja una relación emocional, casi terapéutica, entre Thundercat y su mascota. En cierta entrevista confesó: “This is when I’m happiest… chilling… sitting next to a beautiful cat”.

El fallecimiento de Mac Miller en 2018 golpeó a Thundercat con fuerza. La creación del álbum It Is What It Is (2020) se suspendió, incapaz de lidiar con la presencia emocional de la pérdida: “Every time I would sit down, I would see Mac”. Pero también este dolor se convirtió en impulso creativo: declara que la capacidad de reír —o incluso bromear— se volvió vital para no sucumbir al luto: “You’ve gotta laugh to keep from crying”.

Thundercat

Álbumes y temas que exploran muerte y desamor

  • The Beyond / Where the Giants Roam (EP 2015): incluye el himno “Them Changes”, emotivo funk-jazz que equilibra ritmo y duelo por las pérdidas personales como la de Peralta; un trabajo sobrio que lo consolidó como voz reflexiva en la escena contemporánea.
  • Drunk (2017): un mosaico de 23 pistas que mezclan lo efímero y lo profundo, entre referencias cerebrales y duelos emocionales. En “Lava Lamp”, Thundercat habla abiertamente sobre la inevitabilidad de la muerte y el anhelo de reencontrarse en otra vida, con metáforas hipnóticas como la fluidez de un lava-lámpara.
  • It Is What It Is (2020): álbum dedicado y emocionalmente marcado por la muerte de Mac Miller. Canciones como “Unrequited Love”, “Fair Chance” y “Innerstellar Love” combinan sofisticación minimalista, humor negro y melancolía. El tema epónimo cierra con una evocación directa de Mac: “just once by the words ‘hey Mac’”.

Thundercat no es un lamento sin motor: transforma el duelo en música vivaz, fusionando risas con introspección. Según él mismo explicó, temas como la muerte, el odio social, y las relaciones rotas fueron catalizadores emocionales que alimentaron su arte. En It Is What It Is encontró un punto de equilibrio entre lo personal y lo expansivo, colocando su humor —su característico “do-rag aesthetic” y guiños nerd— frente al dolor más crudo.

Gatos, pérdidas y sanación económica del alma

El gato Tron emerge como símbolo: no solo un compañero, sino un “museo emocional” con patas, una presencia constante ante la muerte y el desamor. Las canciones dedicadas a Tron plantean la música como ejercicio de reciprocidad terapéutica: demostrar amor (y su fragilidad), en un mundo donde todo puede marchar, incluso lo más amado. Por otro lado, el fallecimiento de amigos como Austin Peralta o Mac Miller ilumina temas como la sobriedad, la familia y la búsqueda de sentido tras un duelo devastador.

Thundercat construye desde los extremos: un artista que, abrazando el humor, el funk y el bajo, convierte el duelo y el desamor en arte sincero. Entre gatos adorados y amigos perdidos, su música es un espacio donde llorar, reír y sanar puedes coexistir sin contradicción. Un universo donde el fragor emocional se reconfigura en pistas vibrantes, cat-strategias de supervivencia y bajo que late como corazón dolido y resiliente.

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