Judá tiene 21 años y es de Pachuca. Su historia no encaja en la lógica de la fama instantánea: comenzó transmitiendo en TikTok Live casi todos los días, probando canciones frente a una audiencia pequeña que poco a poco creció con él. Lo que parecía un pasatiempo terminó convirtiéndose en la base de una carrera musical que hoy cruza fronteras.

Durante casi dos años fue cultivando esa comunidad. No se trataba solo de likes, sino de gente que regresaba a escuchar sus sesiones y a ver cómo una idea se transformaba en canción. Esa cercanía fue decisiva cuando participó en el concurso Music On Stage ’25 de TikTok LATAM. Ganó porque sus seguidores votaron, compartieron y defendieron su propuesta, confirmando que la relación entre artista y público puede ser más fuerte que cualquier campaña publicitaria.
De esas transmisiones también surgió “Playita Canela”, un tema que nació improvisado y que ahora suma reproducciones en Spotify y YouTube. La canción funciona como prueba de que su música tiene vida más allá de la plataforma donde empezó. Con el respaldo de su comunidad, Judá ha sido invitado a presentarse en eventos de TikTok en Guatemala y Los Ángeles, pasos que marcan el inicio de su recorrido internacional.
Judá sigue escribiendo y compartiendo desde la misma lógica que lo llevó hasta aquí: cercanía, disciplina y claridad en sus metas. Su caso muestra cómo un artista joven puede construir una trayectoria sólida desde la pantalla de un teléfono, siempre que haya constancia y un público dispuesto a caminar a su lado.








