Con una duración de poco más de cinco horas y media El Tri de Alex Lora dio una cátedra de cómo se deben festejar los aniversarios de las bandas de rock nacional.
El Tri toda una institución musical
Formados con el nombre de Three Souls In My Mind en octubre del ’68, que después cambiarían por el icónico El Tri, comandados por Alex Lora son una de las bandas de rock más importantes que ha dado este país, y que mejor que celebrar 50 años de gloria, en el memorable Palacio de los Deportes.
Abarrotado de principio a fin, el Palacio empezó a vibrar en punto de las 8 de la noche con la salida de El Tri al escenario y todas las sorpresas que tenían guardadas para todo los asistentes rockeros de corazón.
Alex Lora como ya es costumbre en todos los conciertos del El Tri, empezó a interactuar de gran forma con el público haciendo una pregunta que se repetiría durante todo el concierto:
¿Estamos siendo felices?
¿Y cómo no estarlo?, no todos los días se festejan 50 años de trayectoria
Entre los artistas de lujo invitados por El Tri estuvieron: Armado Manzanero con “Triste canción de amor”, Panteón Rococó a ritmo de ska y “El Chavo de onda”, Pocholo y su entrañable amigo Javier Bátiz se robaron la noche.
También estuvieron presentes Toño Lira de Liran Roll, Andrés Calamaro, La Tremenda Korte, Cirilo, Luciano Napolitano, Gil Huerta, La Autentica Santanera, La Orquesta Sinfónica Esperanza Iris, El Coro de la Basílica de Guadalupe y las ganadoras de La Voz Perú; invitadas por Alex Lora, cuando El Tri anduvo de gira en tierra andinas y grabaron un video incluido en el DVD conmemorativo del 50 aniversario.
El repertorio de éxitos que tocó El Tri fui inmenso y emocionante; “San Juanico”, “Pamela”, “Santa Martha”, “Nostalgia”, “Perro Negro”, “Todo Me Sale Mal”, “Metro Balderas”, “Niño Sin Amor”, “Pobre Soñador”, “Oye, Cantinero”, “2 de Octubre” y el broche de oro fue con “Las piedras Rodantes”, a dueto entre Alex y Chela Lora.
Una mezcla de ritmos que le dieron sabor a la noche durante más de cinco horas y media que tocó El Tri, con solo dos pequeños descansos; sin duda un concierto emotivo y que quedará inmortalizado como uno de los más largos y mejores de la historia del rock nacional.